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Esta semana voy a hablar de algo menos provocador que la semana pasada. Algo que está muy estudiado es que a las personas nos afectan mucho más las situaciones negativas que las positivas. Una pérdida de mil euros nos fastidia mucho más que el placer que nos produce un ingreso extra de mil euros. Es por esto que intentamos evitar las pérdidas a toda costa y a veces arriesgamos excesivamente en nuestro intento de evitarlas. Somos, en general, más que aversos al riesgo, aversos a las pérdidas.

Este hecho nos lleva a veces a encubrir las cosas que hacemos mal. En vez de aceptarlas, que supone para nosotros una pérdida, intentamos arreglar el asunto por nuestra cuenta y a veces arriesgamos demasiado en ese intento. Nick Leeson, era un broker de Barings Bank, uno de los mayores bancos Ingleses. A mediados de los años 90 empezó a ocultar pequeñas pérdidas que tuvo en sus transacciones en los mercados de derivados. La cosa fue a más, y en vez de aceptar su error y comunicarlo, cuando se supo ya era demasiado tarde. Las pérdidas que había acumulado este broker eran superiores a los activos del banco. El banco de Inglaterra se negó a rescatarlo, y todo el banco fue vendido a ING por una mísera libra. Arriesgó demasiado antes de aceptar que las cosas iban mal.

Les pasa a los jugadores del bingo. Después de ganar 200 euros en una tarde se van muy contentos a casa. Pero cuando pierden 200 euros no se conforman, siguen jugando hasta que pierden la camiseta. Le pasó al anterior gobierno de España, que antes de aceptar que las cosas iban mal y tomar las medidas necesarias, prefirieron ver unos imaginarios brotes verdes que si bien nunca llegaron a brotar eran una autojustificación para los gobernantes. Y le pasa al actual gobierno, que ha pasado de ver una situación catastrófica en España cuando ellos estaban en la oposición a ver un futuro prometedor. Aceptar que algo va mal es muy duro y preferimos esconder la cabeza debajo del ala.

Nos pasa a cada uno de nosotros. Cuando tenemos una cita a la que llegamos tarde llamamos diciendo que en 10 minutos llegamos. Nos autoengañamos. Acaba siendo media hora, pero nos negamos aceptar que hemos sido mal previsores y preferimos pensar que en 10 minutos llegamos. Y muchos más ejemplos. Cada vez que hablo de esto en clase surge un alumno dándome un nuevo ejemplo.

La semana que viene comentaré lo que predijo hace medio año la sabiduría de la muchedumbre sobre la liga de futbol. Hasta el jueves que viene.

35 COMENTARIOS

  1. Miguel Ángel, buenos días, «no le gusta perder ni a las chapas» suele comentarse esto cuando hablamos de un ganador; pero el ganador sabe perder. El que compite, el que se esfuerza por competir y por estar en la brecha es normal que se cabree, pero debe saber perder; y por supuesto, ganar. Creo que es más difícil saber ganar que perder. Y como digo yo siempre, entre la victoria y la derrota está el punto de equilibrio y flexibilidad que nos aportará aprendizaje en ambos casos.

    ¿Y qué te parece que haya gente que se alegre más por las derrotas ajenas que por las propias victorias?

    Un abrazo y feliz jueves. @bolyvan

    • El ver como se comporta una persona cunado pierde, permite calibrar su personalidad. Y los de que se alegran por las derrotas de los demás es que tienen unas vidas muy vacías y poco interesantes. «Live and let live»
      gracias,
      MIguel Angel

  2. Parece que el binomio libertad-responsabilidad se ha perdido cuando las elecciones son erróneas, pero no cuando son acertadas. Ahora se echa la culpa a los demás o siempre se busca una excusa. Cuando erramos y no lo reconocemos, los que peor lo pasamos somos nosotros: nos engañamos y estamos viviendo en la mentira.
    Muy buen post!!

  3. En el fondo «No me gusta perder» resulta congénico (nacimiento) por naturaleza, pero el concepto Gratitud unido al de Humildad, tienden a difuminarse; luego la «verdad» es ambigua (No absoluta) aunque sigue siendo verdad (ratificado por A. Machado y descrita por Usted en el interesante post anterior).

    Todo lo comentado anteriormente, lo resumo en la idea del Equilibrio y el Aprendizaje, al fin y al cabo, me da la impresión, que estamos de acuerdo. Un placer leerle y comentar.

    Abrazos y felicitaciones, Ramón

  4. Yo no conozco a nadie que gane siempre.
    El hecho de «perder» es algo intrínseco a la naturaleza de humana. Sin embargo, continúa estando «mal visto» el hecho de haber fracasado en algo, haberse equivocado tomando una decisión, etc…….valorándo únicamente el resultado último en lugar de ver los pasos que nos llevaron a la pérdida.

    • Estoy de acuerdo Manuel con lo que dices, pero lo que yo quería recalcar en el mensaje de hoy es que somos nosotros mismos quienes no aceptamos que algo salga mal. Lo negamos e intentamos muchas veces buscar modos de esquivar nuestros errores, cuando lo mejor habitualmente es reconocerlos y volver a empezar. Pero nos cuesta mucho reconocerlos.
      Gracias,
      Miguel Angel

      • ….y porqué nos cuesta tanto reconocerlos?…….Quizás porqúe somos «gregarios» o vivimos en comunidad y socialmente está mal visto el error, la pérdida, etc…..en lugar de capitalizarlo como un paso adelante hacia el aprendizaje, la experiencia, etc……

  5. Personalmente, creo que no nos gusta perder porque nos supone tener que soportar el dolor de la pérdida y, por ello, nos esforzamos en evitarlo. Puede que esto tenga su origen en nuestro instinto de supervivencia y sea causa de nuestra «ceguera» para ser conscientes de que aquello en lo que hemos fallado, aquello que hemos perdido, sea la oportunidad de mejora, de ganar, que estábamos esperando. Creo que la clave puede estar en reenfocar nuestra atención hacia lo que podemos ganar en lugar de centrarnos en lo que podemos perder.

    Saludos a todos los que saben ganar perdiendo!!

    • Sí Ana, aceptar una pérdida es algo muy duro y como dices lo esquivamos. Pero la realidad es como es, así que mejor es aceptarla, que esto es acabar ganando como apuntas en tu última línea.
      Gracias, y ¿es la primera vez que escribes en el blog? Saludos y bienvenida
      Miguel Angel

  6. Hola de nuevo Miguel Ángel:

    El que no pierde nunca es porque no juega, igual que el que no se equivoca nunca es porque nunca decide. Dentro de mis equipos intento inculcar que aquellos que realmente aportan valor son quienes toman decisiones, aciertan, yerran, aprenden de los errrores y comparten con el resto los aciertos y los errores de manera que el grupo progrese. Puede parecer más cómodo no tomar decisiones para «no perder», pero en equipos de trabajo eficientes no es una situación sostenible ni para quien adopta esa posición, ya que no se desarrolla ni a nivel profesional ni personal, ni para el responsable del equipo, ya que está frenando el desarrollo del mismo, pudiendo llegar a provocar la salida de los miembros más eficientes dentro de la organización.

    Un saludo;

    José Luis

    • No es fácil estar tan seguro de una mismo como para permitir que subordinados tomen decisiones por si mismos, y además, «amparados» por el paracaídas de su Jefe. Sinceramente elogio tu estilo de dirección. Si gestionas equipos amplios y complejos de personas, es -desde la base de mi experiencia- el único que permite que la gente se involucre y crezca con los proyectos.

    • Sí Manuel,es de elogiar el poco frecuente estilo de dirección de José Luis, pero es la única manera de avanzar, y si una empresa quiere ser mejor que las de su sector, tiene que actuar así.
      Gracias a los dos,
      Miguel Angel

    • Hola Jose Luis, ojalá nos encontráramos con más lideres de este tipo en nuestras empresas. Capaces de sacar lo mejor de sus colaboradores animándoles en sus aciertos y apoyándoles en sus errores. Esa es la mejor inversión, la mejor ganancia para toda la organización.
      Un saludo.

      • Hola a todos:

        Sin ánimo de polemizar, entiendo que no se trata de «amparar» sino de dejar crecer profesionalmente (de este modo también crece la organización) a aquellos que tienen potencial para hacerlo, que son más de lo que muchas veces nos creeemos. Se puede crear valor desde cualquier punto dentro de la organización, a veces basta con tan sólo preguntar y dedicar unos minutos de nuestro tiempo a los miebros del equipo.
        En cuanto a encontrar líderes así, lo primero que tenemos que hacer es, como decía San Agustín, mirar dentro de nosotros mismos y preguntarnos, nosotros somos así?, el cambio debe empezar por nosotros mismos, siendo el motor impulsor del cambio dentro de nuestras organizaciones, no os parece?

        Un saludo y gracias a todos;

        José Luis

  7. Hola Miguel Angel,
    Recuerdo cuando nos explicabas este comentario !
    Desde que he leído el mensaje esta mañana hasta esta noche, he detectado este autoengaño (tanto en mi como en compañeros) varías veces ! Así que cuando me decían, en 5 minutos llego o te envío esto al final del dia… se me escapaba una sonrisa. Claro que siempre es más fácil decir esto y evitar el conflicto, que decir que no voy llegar o que deberé entregar algo dos días más tarde.

    Saludos,
    Marti M

    • Marti qué memoria tienes. Asistías a mis clases en el otoño de 2007. Me alegro que te acuerdes. El jueves que viene hablo de la sabiduría de la muchedumbre y el futbol.
      Un abrazo,
      Miguel Angel

  8. Hola Miguel Ángel
    Me gusta tu artículo. Para mí una de las ventajas de perder es que te da la oportunidad de analizar lo que ha pasado y mejorar. Cuando las cosas salen bien, no se suele analizar si ha sido fruto de buenas decisiones o simplemente de la casualidad.
    Saludos
    Paco

    • Efectivamente Paco, con lo que nos sale mal tenemos la posibilidad de aprender, Eso siempre que uno sea lo suficientemente inteligente para verlo como una oportunidad. Algunos ante lo que sale mal empiezan a echar la culpa, a otros, a su jefe, al sistema…. No aprenden nunca.
      Saludos,
      Miguel Angel

  9. No aceptamos ni estamos preparados para el fracaso en parte porque no se contempla como una opción. dentro la educación de este pais. Se nos educa para hacer las cosas bien y no fallar. La consecuencia de ello es que cuando ocurre una situación no deseada no casi nunca estamos preparados para afrontarla.

    • Desde luego¡¡¡. Por eso, cuando «fallamos», siempre el efecto es doblemente multiplicador -pero en negativo¡¡¡¡-, a la decepción del «fallo» hay que añadirle el agravante de no tener nada previsto a nivel de contingencia, plan B, etc…. Un saludo.

    • De acuerdo con lo que decis Xavier y Manuel, pero lo que comento en el mensaje no es idiosincrático de España. Está estudiado en muchas culturas. de hecho, por estudios de este tipo dieron el premio nobel en 2002. Cierto que como decís, en España esto está reforzado porque no estamos preparados para admitir que fallamos.
      Gracias a los dos,
      Miguel Angel

  10. Bueno, yo más bien pienso que en esta sociedad en la que vivimos no nos enseñan precisamente a hacer las cosas bien, sino a «quedar por encima de», cueste lo que cueste y ser un país de hipócritas, que predica mucho y no cumple con el ejemplo. Por lo tanto, nos cuesta más perder X (lo que sea) porque es sinónimo de fracaso y por lo tanto, jerárquicamente pasaríamos a ser seres beta. Nos enseñan a seguir probando, pero ocultando las cosas que hacemos mal, y nosotros, por libre elección por supuesto, accedemos a entrar en ese tipo de juego. Qué pasa al final?, que a muchos se les acaba convirtiendo en un bucle que no saben salir de él, pero que no les importa arrastrar a otras personas con ellos, porque consideran que el dolor de la caída queda más repartido. Así que pasamos a añadir otro componente conocido como egoismo. Y por supuesto, no estamos preparados para admitir que fallamos, porque nos han enseñado a jugar con la picardía y la ley del mínimo esfuerzo. Ley que implica el aceptar errores, a afrontarlos y a buscar soluciones con o sin ayuda.

  11. Perdón, quería decir que esa ley no implica precisamente el aceptar errores, afrontarlos y buscar soluciones con o sin ayuda.

      • Si, es importante, pero quizás es mucho más la que recibamos en nuestras casas. Es en el primer sitio en el que nos tienen que mostrar los buenos valores y principios, los grandes pilares. Las enseñanzas primaria y media son parte de la formación cultural, son elementos complementarios a nuestro desarrollo. Ahora, también dependerá de la predisposición de cada uno a la hora de recibir toda esa información, ya que cada uno tenemos nuestra propia esencia y cogeremos- de lo que nos dan- solo lo que nos interesa.

  12. […] Si no podemos evitar todos los riesgos ¿Qué debemos hacer? En primer lugar reconocer todas las situaciones negativas que nos podemos encontrar e intentar neutralizarlas en la medida de lo posible. Pero el problema que nos encontramos es que no nos gusta reconocer que algo puede salir mal y esto nos hace a veces vivir en un inconsciente e irresponsable optimismo. Y luego cuando nos sale algo mal pensamos sorprendidos “quien podía prever que esto iba a salir así”. […]

  13. Sabes Miguel A. Ariño, yo creo que tanto perder, como riesgo, como problema, son tres palabras a las cuales se les puede dar (o no), un significado similar, y creo que ahí está el meollo de la situación. En cómo interpretas esto en tu vida. En un anterior post hablaba sobre la entropía entre pensamiento racional y pensamiento emocional, y en cómo esta relación determina la forma en que asumes dicho contexto,ya sea el contexto de riesgo, de problema o de perdida. La perdida es algo que produce nuestra relación entrópica de pensamientos, quien es la que determina cómo la afrontaremos. Nuestras habilidades naturales nos permiten comprender esto y también nos permiten diseñar una estrategía para reintepretar (cuantas veces sea necesario) la significancia de una palabra o un contexto. Para esto, considero, sólo necesitamos una decisión de cambio dirigida a un objetivo específico y fuerza de voluntad. Saludos!

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