Tener cuidado. Ojo con la experiencia.

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El 27 de marzo de 1977 una colisión entre dos aviones en el entonces aeropuerto de Los Rodeos en Tenerife produjo lo que hasta ahora ha sido el accidente con mayor número de víctimas mortales en la historia mundial de la aviación. 583 fallecidos. Esperemos que nunca se supere este record. La causa: la confusión en el aeropuerto y algo más. Horas antes una bomba colocada en el aeropuerto de Gran Canaria, obligó a desviar todos los aviones que se dirigían a ese aeropuerto al de Los Rodeos. La aglomeración de aviones en ese pequeño aeropuerto no acostumbrado a tamaña actividad y la impaciencia del piloto de una conocida compañía aérea causaron el desastre.

Resulta que el piloto de ese avión era un experimentado profesional que llevaba más de 30 años pilotando aviones de esa compañía, y que buena parte de su actividad consitía en entrenar a otros pilotos. No sé cuales han sido las causas del accidente ferroviario de la semana pasada en Santiago con casi 80 víctimas mortales. Posiblemente habrá sido la conjunción de varias causas. También el maquinista de ese tren era un profesional con años de experiencia.

Sin ser yo quien para juzgar a estos dos profesionales, estos dos hechos permiten comentar un error frecuente en la toma de decisiones: la autoconfianza. Cuando uno lleva mucho tiempo dedicado a una determinada actividad, de modo que se puede razonablemente considerar un experto, es bastante fácil que en algún momento no ponga la atención suficiente en realizar esa tarea que lleva toda la vida haciendo. Normalmente no pasa nada, pues uno domina la situación. Hasta que un día pasa.

No quiero con el mensaje de esta semana decir que esta es la razón del accidente de Santiago de Compostela. Pero sí advertiros a todos de no bajar la guardia cuando realizamos actividades que dominamos. Sobre todo si un fallo puede tener serias consecuencias. Y siendo ya mucho más práctico y concreto tener cuidado a la hora de conducir este verano. No nos confiemos de nuestra experiencia, que nos pude jugar una mala pasada. Parece consejo de abuela, pero las abuelas siempre han sido sabias. Feliz mes de agosto.

27 COMENTARIOS

  1. En la empresa tenemos claro que proporcionalmente, los «experimentados» son el colectivo con el mayor riesgo de accidentes ! Está comprobado !!! La causa es la pérdida de «atención» en lo que se hace….
    Tenemos ejemplos y al

    • Gracias Joan, se te ha debido escapar la tecla de «enviar» a mitad de comentario. Efectivamente cuanto más sabemos de una cosa más fácil es que pongamos menos atención. Lo cual no significa ni mucho menos que esta haya sido la causa del accidente de Santiago.
      Gracias y saludos,
      Miguel Angel

  2. Referente a Santiago, conozco de primera mano cómo funciona un tren ya que he trabajado en el mundo ferroviario y tengo formación específica en él, y ha sido toda un cúmulo de circunstancias, por un solo motivo como puede ser un despiste, no ocurre este accidente.

    • Gracias Raul por aportar tu conocimiento. Efectivamente rara vez las cosas que suceden suceden por una sola causa. Habrá sido la rara combinación de muchos factores. Rara combinación que muy pocas veces se da.
      Gracias y saludos,
      Miguel Angel

  3. Rutina y exceso de confianza, entre otras cosas. En las plantas de los hospitales, las enfermeras/os rotan de planta cada cierto periodo, para no condicionarse con los enfermos y para que estos no trasmitan emociones reiterativas con sus asistentas. Por la misma razón en las entidades bancarias y Cajas de Ahorro, se produce una rotación periódica, con objeto de no acumular vicios y hábitos perjudiciales. En los accidentes cotidianos «Siempre lo he realizado así y nunca ha pasado «nada» » esta confianza es muy traicionera, otro claro ejemplo es en el ámbito deportivo, en el mundo Castellers, en la educación y en la enseñanza otro tanto, por eso el contacto con los alumnos, con la gente de la calle, con la lectura, te permiten renovarte cada día. La clave la prudencia, y como comenta Raúl, Un cúmulo de circunstancias adversas y aleatorias.

    Gracias por la atención, Feliz verano a todo/as. Ramón.

  4. Caramba; Miguel! Menudo mensaje de atención!

    Pero, cuidado, paradoja; directivo experimentado (por tanto, «autoconfiado») y que las ha visto de «muchos colores» tambien puede ser tildado / etiquetado de «cenizo, poco valiente y pesimista en la toma de decisiones, por el simple hecho de actuar con la autoconfianza. Y esto, tampoco es justo!

    Permiteme, si es posible, matizar esta autoconfianza que expresas como autorelajación y un poco de «obesidad mórbida del ego personal» y «levitación»: (de tan bueno que soy ya ni tengo los pies en la tierra, vamos!) Éste és el pecado capital En este aspecto, esta és la autoconfianza maligna.

    Toda actividad humana (¡la de un sujeto..y por tanto subjetiva, no es igual a la de un objeto, y por tanto objetiva!) adolecerá siempre -nos guste o no- del factor accidental. Los mecanismos reactivos de las personas són, individuales y por tanto distintos.

    Cuantos más controles mejor, cuanta mas sistematización mejor, cuanta menos improvisación, relajación (autoconfianza?) y menos impacto del factor «veterano» (por experimentado, no por el cognac), tambien mejor.

    Por eso son importantes los criterios que intervienen el la decisión y, nos guste o no, la autoconfianza (la experiencia) aunque sea en menor grado, tambien interviene! Debe intervenir! Y cuando uno esta en años de «esta ventana» prefiero hablar de que el verdadero peligro es la relajación y banalizacion, no de la confianza.

    Buen verano! De corazón. Y a la vuelta de las vacaciones, más (por favor!)

    • Muy buena puntualización la que haces Joan. Es más la relajación que puede ser causada por la experiencia que la misma experiencia en sí, que siempre es buena.
      Gracias, saludos y buen verano,
      Miguel Angel

  5. Aunque la comparativa de trasfondo es sensible, y más de uno podría sacarla de contexto, siendo como eres, todos sabemos de tu buena intención y único ánimo docente en la explicación (aunque hoy en día…. viendo cómo se las gastan algunos personajes políticos, periodísticos, etc…. es mejor ser prudente con lo que uno dice).
    Del todo cierto lo que indicas. A veces, la experiencia en algún tema nos hace bajar la guardia y no ser lo exigentes y rigurosos que deberíamos de ser para asegurar que tomamos la decisión más acertada.
    Nos pasa en el hogar, con los hijos, con el coche, la moto, haciendo chapuzas domésticas o simplemente bajando la escalera de siempre…. La autoconfianza puede ser muy peligrosa.
    Tomo buena nota de tu reflexión para no bajar la guardia en ninguna decisión relevante y, más aún, si la toma muy basada en mi experiencia.
    Muchas gracias y muy buenas vacaciones!

    • Muy agradecido por lo que dices Jesús. En ningún caso quiero con el mensaje de hoy señalar ningún culpable. Sería una osadía por mi parte. No tengo información de primera mano y por tanto cualquier juicio que pueda hacer de cualquiera de los dos accidentes sería una frivolidad.
      Como bien dices el mensaje es solo para advertir de un peligro que corremos todos.
      De todas formas muchas gracias tu comentario me sirve para el mensaje de la semana que viene, que podré salir en defensa del maquinista, comentando otro aspecto de la toma de decisiones.
      Gracias Jesús,
      Miguel Angel

  6. Quizá exista cierta tendencia a automatizar los trabajos, responsabilidades e incluso decisiones. Es sencillo «tirar» del archivo de la memoria y encontrar alguna situación parecida tendiendo a utilizar del mismo modo, la misma solución que entonces. Es esa tendencia a hacer de todo un «protocolo» la que nos pude deparar problemas , a nosotros y a las personas de nuestro entorno.
    Somos «animales de costumbres» y luchar contra nuestra propia naturaleza es difícil, aunque es esa lucha la que nos ayuda, si ese es nuestro deseo, a desarrollar virtudes.
    Es un tema, que opino, puede extrapolarse, como otras muchas cosas, a otros nivele vitales.
    Un saludo a todos

  7. Gracias Miguel Angel!

    En el ambito empresarial muchas grandes empresas han sido destruidas y absrvidas por otras mucho mas pequeñas que aprovecharon esa autocomplacencia.

    En el día a día empresarial, yo añadiria que la formación continua nos ayuda a evitar este mal y la relajación. Debemos buscar, investigar y formarnos constantemente en nuevas formas de hacer de acuerdo a la nueva realidad que nos rodea en cada momento y que cada vez cambia más rápido. Lo de ayer quizás hoy ya no sirva. Cuestionarnos por qué se hacen las cosas de una u otra manera y no vale el «siempre se ha hecho así» porque ahí está el peligro…

    Buenas vacaciones!

  8. Aunque hay diferencia entre hábitos y virtudes, creo que hacer las cosas bien siempre, ya requiere algo de virtud, aunque hacerlas bien sea un hábito, insisto. Por eso, si nos olvidamos de aplicar lo que tengamos de virtud a una tarea, es más fácil caer en la «rutina» que usar los hábitos. Gracias y saludos.

  9. Cuando el leído el Tweet previniendo contra la experiencia me he conectado para comentar que el problema no es la experiencia sino de complaciencia o exceso de confianza. De la misma manera, el conocimiento no es problema sino la complaciencia del sabelotodo o del creído que actúa con pedantería.

    Creo que el título ha estado muy bien elegido porque en caso contrario no me habría conectado, si no se tienta algo a la polémica nos complacemos con nuestros razonamientos.

  10. Buenas tardes a todos!

    Ante todo darte las gracias por tu Blog semanal.

    Coincido con Joan en la relajación del directivo por la autoconfianza de la experiencia. Cierto es que nos da un gran apoyo, pero debemos estar siempre atentos a ir adaptando esa experiencia a los nuevos tiempos. Siempre se ha dicho que estamos en un entorno cambiante, y las decisiones y forma de hacer en la empresa debe ir cambiando para adaptarse.

    Gracias por refrescar estas «pequeñeces» tan valiosas.

    Un saludo,

    Pilar

  11. Qué razón tienes! Los excesos nunca son buenos y el exceso de confianza no es una excepción. Seguramente hay una línea muy fina entre ser experto y estar «sobrado» (dicho sin acritud, nos pasa a todos en ocasiones). Pensar que todo está controlado debería ser la alerta para revisarlo una vez más. Gracias de nuevo por compartir tan interesantes reflexiones.

  12. Igual llego tarde, pero me gustaría recordar algo que me contaron en una autoescuela.

    Lo lógico es pensar que son los conductores sin experiencia los que mñás chocan: pues no. Precisamente los que tienen el carnet recién sacado son los más cuidadosos y respetuosos con el código de circulación.El peligro viene cuando empiezan a sentirse seguros al volante, cuando creen que controlan perfectamente el coche.

    Un saludo,
    Alberto

  13. Apreciado Miguel Angel,

    gracias por tu consejo.

    La gran mayoría somos conductores y realmente no se puede perder la guardia.

    Este fin de semana un «conductor experto», un señor adulto que conducía un Mercedes, se cruzó repentinamente para coger una salida desde Bellaterra a la C-58 dirección a Bcn. El coche que circulaba delante mío pegó un frenazo repentino. Yo que iba detrás en moto casi choco contra el coche que a su vez fué victima del imprudente conductor del Mercedes. Gracias a Dios, la pericia o el ABS… finalmente no pasó nada pero la consecuencia podía haber sido fatal.

    La cuestión es que aquí estamos así que seguiré comentando los post de tu Blog!

    Ciao,
    Moritz

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