Dirigir no es un privilegio. Es una responsabilidad

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Cuando uno tiene un accidente en bici, sin que intervenga otro vehículo, como mucho puede salir con un brazo o una pierna rota. Si el accidente es en coche puede haber algún muerto. Si es en autobús, los muertos pueden ser una o dos decenas, pero si el accidente es en tren o en avión puede haber centenares de muertos.

¿A qué viene toda esta introducción? Pues a llamar la atención de la gran responsabilidad que tienen los directivos. Cuanto mayor sea la organización que dirigen mayor responsabilidad. Si uno dirige una empresa de diez trabajadores, y la cosa funciona mal. Afectará como mucho a esos diez trabajadores, sus familias y a unos cuantos proveedores y clientes. Pero cuanto mayor sea la organización que se dirige mayor impacto tienen tanto los aciertos como los errores, por lo que hay que tener mucho más cuidado. No es lo mismo ir en bicicleta que pilotar un avión.

A veces da la impresión que algunos directivos se jactan de lo importantes que son por el tamaño de la empresa que dirigen. Yo creo que el tamaño más que sensación de importancia les debería infundir temor. Cuando uno se cree importante, fácilmente esa supuesta importancia se le sube a la cabeza, se creen invulnerables y asumen unos riesgos que luego pasan facturas (normalmente a otras personas). Suficientes ejemplos de esto tenemos en la historia reciente. El directivo prudente, conoce los riesgos que está asumiendo y toma las medidas oportunas. No se deja embriagar por el poder.

Por supuesto que ha de haber directivos que asuman la responsabilidad grandes organizaciones. Pero que sean conscientes de esa responsabilidad. Que sean conscientes del gran bien que pueden hacer y de los gravísimos desastres que pueden ocasionar. Que sean conscientes que pilotan un avión cargado de vidas.

Si tú eres responsable de una organización o departamento de dimensiones moderadas, piensa que también los accidentes de moto o de coche pueden tener graves consecuencias. Dirigir no es fácil. Hasta el jueves que viene.

17 COMENTARIOS

  1. Buenos días Miguel Ángel,

    Tu post me lleva a dos reflexiones. La primera, muy en línea con lo que mencionas tiene que ver con el ejercicio de responsabilidad de las personas que ocupan dichos puestos. Los directivos deben ser conscientes de las implicaciones de sus decisiones y del impacto que pueden tener en distintos planos (no sólo el económico). El ejercicio del poder no debe realizarse con frivolidad ni inmadurez. Los mal llamados daños colaterales no pierden importancia por añadir el concepto colateral, ya que la palabra daño se mantiene. Las decisiones no son fáciles y en muchas ocasiones implican a personas (internas o externas a la empresa).

    El segundo aspecto que me interesa resaltar es el ejercicio de humildad que estas figuras deben hacer en el desempeño de su cargo. Los directivos deben entender que el puesto es un rol pero que por encima del mismo están ellos como personas. El rol es transitorio pudiendo desaparecer, pero la persona se mantiene. No deben dejarse deslumbrar por el rol ni utilizarlo para comportamiento desalineados con los principios éticos y morales amparándose en los objetivos perseguidos (maquiavelismo). En los tiempos en los que vivimos los roles cambian, los mismos no son permanentes. Las personas deben aprender a convivir con esta realidad y comprender que sus actos y comportamientos pueden tener consecuencias cuando el rol desaparezca. Lo que debe subyacer siempre es la profesionalidad de cada uno, que es lo que permanece y lo que garantiza realmente la empleabilidad de cada uno.

    Un fuerte abrazo,

    Juan Manuel Cámpora

  2. Buenos días Miguel Ángel,

    estoy de acuerdo, dirigir no es fácil. Si no lo es en condiciones normales, peor aún cuando a un directivo le toca tomar decisiones impopulares ante la necesidad de recortar gastos a corto plazo para evitar males mayores a medio y largo. Esto es algo que lamentablemente vemos dia a dia en las empresas españolas y difunden los medios de comunicación.

    Quisiera hacer una defensa al buen empresario o directivo, que si además también es persona, sabe muy bien lo difícil que es tomar decisiones duras que forman parte de su rol. Por otro lado están los trabajadores y el derecho a defender sus legítimos intereses, y entre medio aparecen, en determinados casos, los sindicatos, cuyo rol debería ser el de mediar profesionalmente y ayudar a pactar una justa y viable situación entre empresa y trabajadores. Creo que hay espacio para la educación empresarial en directivos y sindicatos.

    Volviendo a la cuestión de la responsabilidad del directivo, lamento que todavía se permita que malos directivos ocupen puestos que reconocemos de tanta responsablidad. No sé de pilotos aéreos, pero no me extrañaría que tuvieran que superar controles periódicos para validar sus capacidades y seguir pilotando. Esto es un acto de responsabilidad. Entonces, ¿por qué no se hacen controles periódicos a los directivos? un 360 (bien hecho) sirve para evaluar el desempeño y obtener válidas indicaciones de mejora para directivos que las necesitan. Pero no se hacen 360 en las empresas! Por qué? No se hacen porque a determinados altos cargos no les interesa desvelar determinados «status quo» que quieren mantener por intereses personales más que profesionales. Pues hablando de responsabilidades… el no hacer evaluaciones a los directivos es una clara manifestación de irresponsabilidad. Por si no se dan por aludidos, este es un mensaje para los Presidentes, Consejeros de Administración y Directores de Personal.

    Un abrazo,
    Moritz

    • Moritz, muchas gracias por la defensa que haces en el segundo párrafo sobre el buen directivo.
      Lo que mecionas en el tercer párrafo tiene un problema: las soluciones que planteas las tiene que implantar el jefe, y si es un arrogante, dificilmente lo hará, siempre sabrá echar las culpas a otros o a las circunstancias. En cualquier caso, buen mensaje para pesidentes, consejos, etc.
      Un abrazo,
      Miguel Angel

      • Hola Miguel Angel, respecto a los jefes arrogantes que mencionas, ahí has dado en el clavo.
        La humildad que se ha mencionado en el primer comentario me parece una virtud fundamental en toda persona y especialmente en un alto directivo con alto nivel de responsabilidad.
        Arrogancia y falta de humildad son pues indeseables en un alto directivo y permitirlas es el primer acto de irresponsabilidad.
        Espero que tu blog lo lean muchos Presidentes, Consejeros y Directores Generales.
        Gracias,
        Moritz

  3. hola Miguel Angel,
    la reflexión que se me ocurre es que cuanto más grande sea la estructura que dirigimos, cuanto más las capacidades directivas tienen que enfocarse en una correcta elección de nuestro colaboradores y en la creación de un sistema de trabajo que permeta a cada uno de aportar en base a sus conocimientos y a su especialización.
    Desafortunadamente la atención al rol de las personas es (según mi opinión) siempre insuficiente y lo que suelen abundar son la poca capacidad de delegar y el exceso de controles.
    Un abrazo,
    Giorgio

  4. De acuerdo con las «sentencias»; el comentario me da pie a un par de preguntas:

    ¿Podría considerar el cargo de un político (cualquiera) desde la perspectiva de un Directivo? (maneja, guía el «barco» de un país).

    ¿Por que razón los anteriores cargos políticos unas vez dejado su cargo, son «fichados » en consejos de administración donde no conocen la verdadera especialidad y problemática del empresas, ejemplo: Agua, Gas, Electricidad, Eólicas, Petrolificas, etc.)

    Ambas preguntas, enlazan con el post de M.A.A. y las valiosas contestaciones expuestas, y es allí donde existe un claro ejemplo que todos conocen y se denomina profesionalidad. ¿Quizás una utopía?, guizás…

    Gracias por la atención, una abrazo, saludos, Ramón.

    • Por supuesto Ramón que el mensaje de hoy también aplica a los responsables políticos, y quizá con más razón. Lo de por qué los fichan las empresas tendrán que contestarlo ellas.
      Efectivamente, la solución es la profesionalidad.
      gracias y un saludo,
      Miguel Angel

  5. Muy buena entrada Miguel Ángel. A mí me lleva a pensar en las familias … ¿crees que los padres de familia son conscientes de su responsabilidad? ¿se puede aplicar lo que dices a ellos? … espero no importunar con este comentario. Saludos y gracias por tenernos siempre en actividad pensante.

  6. Hola Miguel Angel.
    Totalmente de acuerdo. Sabemos que dirigir una empresa no es fácil pero hay casos que la imprudencia es notaria y dolosa..
    Muchas veces los directivos no son conscientes de que las decisiones que toman pueden traer graves consecuencias.. Casos como el Pescanova.. como es posible que el presidente de una empresa así y que además habia creado el padre del que era presidente haya llevado a la empresa a la ruina… con dobles contabilidades etc.. sabiendo lo que había en juego.. puestos de trabajo etc.. Todo por el dinero!
    Lo mismo podría aplicarse en el ambito de la politica…. usando la comparativa que has usado.. el presidente del gobierno de un país sería como el piloto de un Airbus 380.. en caso de politicas imprudentes o erróneas puede suceder una catastrofe.. que se le pregunten al Sr. Zapatero.. la diferencia este en que al piloto imprudente muere o se le procesa en cambio al presidente del país no le pasa absolutamente nada de nada..

  7. Bunos días Miguel:

    Soy directora de una pequeña delegación dentro de una gran emprsa, pero mis decisiones pueden afectar a la situación de familias enteras. Sus apreciaciones me han parecido muy acertadas; cuanto mayor es la responsabilidad, major debe ser la prudència y la humildad con la que se ejercer el cargo.

    Un abrazo.
    Antonia.

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