Gestión de riesgos

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Cuando se llevan a cabo iniciativas, ya sean personales o empresariales, se asumen riesgos. El riesgo es la posibilidad de que una iniciativa dé peores resultados de los que se pretenden. El único modo de no asumir riesgos es no hacer nada. Y aún así nos pueden salir las cosas mal.

Hay tres tipos de riesgos. El primero son los riesgos evitables. Son los riesgos que se corren por hacer las cosas mal, y por tanto se podrían evitar si se hiciesen las cosas bien. El hundimiento del Titanic supuso la materialización de un riesgo que era evitable. Si no se hubieran cometido una series de errores que se cometieron, se habría evitado el choque. Esto lo hemos documentado muy bien en el libro del Iceberg y en diversos mensajes  de este blog.

El segundo tipo de riesgos son los riesgos estratégicos. Una compañía persigue una oportunidad por las posibilidades de beneficio que presenta, aunque finalmente las cosas puedan salir mal, cosa que ya se sabía desde el principio que podía pasar, pero que sin embargo, las posibilidades de éxito aconsejaban asumir ese riesgo y perseguir esa oportunidad. La producción de una película o el desarrollo de un fármaco, e incluso la subida al Everest son ejemplos de situaciones de riesgos estratégicos.

El tercer tipo de riesgos son aquellos que se producen por causas externas, causas sobre las que no se tiene control y sobre las que poco se puede influir. Un terremoto o un ataque terrorista que destruye las instalaciones de la empresa. Una subida del precio de la energía que eleva los costes de producción. El riesgo externo con un impacto en mayor número de empresas es el riesgo de una recesión económica.

En sucesivos mensajes iré glosando cómo tratar cada uno de estos tipos de riesgos de modo que tengan el mínimo impacto posible. Solo adelantar que las empresas se ocupan mucho de los proyectos que llevan entre manos, de las oportunidades que persiguen, pero se preocupan menos de llevar acciones que contrarresten los riesgos que se asumen. Hasta el jueves que viene

19 COMENTARIOS

  1. Buenos dias Miguel Angel,

    Qué agradable leer tus post por la mañana. Siempre consigues que tenga ganas de aportar un comentario a tus interesantes reflexiones.

    El riesgo es innato en la vida. Inconscientemente tomamos un montón de decisiones diariamente para evitarlo, empezando a buena mañana condiciéndo un vehículo.

    Estamos de acuerdo en que la mejor manera de evitar el riesgo es no hacer nada, pero probablemente caeríamos en el riesgo de arrepentirnos por las aburridisimas consecuencias que eso conlleva. Riesgo es emoción y este es un ingrediente indispensable para darle sabor a nuestra existencia.

    Asumir riesgos es una cuestión de actitud personal, saberlos gestionar adecuadamentes es cuestión de formación y experiéncia. En lo primero cada uno debe decidir qué quiere en la vida, en lo segundo, de las escuelas y personas como tu tenemos mucho que aprender.

    La habilidad de diseccionar un problema, estructurarlo y entenderlo es algo que ayuda a gestionar el riesgo. Aun así cada decisión que tomamos en la vida y en la empresa esta sometida a riesgos, incluso el no hacer nada.

    Ánimo, coraje y aprendamos a arriesgar, que el que no arriesga no va para adelante y el que no va para adelante, va p’atras!

    Have a nice day,
    Moritz

    • Gracias Moritz por lo que dices en este comentario. Y estoy de acuerdo que es imposible vivir sin asumir ningún riesgo, porque no asumirlos ya es un riesgo.
      Gracias y saludos,
      Miguel angel

  2. Hola a todos,

    siempre había entendido que también existen riesgos positivos, es decir, que pueden mejorar los resultados planteados al inicio de un proyecto… ¿únicamente los riesgos son «cosas» que pueden empeorar nuestros resultados?

    Gracias,
    Sergio

    • Es la lisma situación de incertidumbre, pero entonces, en vez de riesgo, lo llamas oportunidad. Tu titnes la oportunidad (positiva)de ganar jugando a la loteria, y ves eso antes que el riesgo(negativo) de perder el dinero jugado. media botella lena, media botella vacia

  3. Últimamente he leído sobre riesgos, y si me permites, yo, que no soy economista, lo entiendo como la posibilidad de algo salga mal, o al menos no tan bien como estaba previsto. Disculpad la simpleza.
    Sin embargo casi nunca leo sobre el valor: entiendo el valor como una característica personal, poco o nada medible, que considero imprescindible para acometer empresas o proyectos que tienen riesgo y previa a la toma de decisiones.
    Mis preguntas: ¿se puede enseñar a tener valor? ¿el valor es una característica deseable en la empresa, o en cualquier toma de decisiones?

    • Teresa, a qué te refieres con tener valor ¿a ser valiente o a que algo valga?
      Hay que tener valor, pero no ser temerarios. Hay que asumir riesgos siempre que la perspectiva de posibles beneficios compense el riesgo asumido.
      Cuanto riesgo uno quiere asumir es cuestión personal, pero ojo con animar a ser valientes que se pueden cometer muchas torpezas por insensatez, como lo muestran las barbaridades hechas por algunos los años previos a la crisis que ahora termina.
      Muchas gracias y saludos
      Miguel Angel

  4. Hola Miguel Angel,

    Me gustaria matizar un poco tu mensaje al respecto. Tu comentas que el único modo de no asumir riesgos es no hacer nada. Mi experiencia es modesta y parcial, pero a mi modo de ver, la misma acción de plantearte una alternativa y escoger, te lleva irrevocablemente a asumir a un riesgo. Me explico mejor: al decidir no hacer nada o dejar todo como está, estas asumiento un riesgo (quieras o no, no hay que engañarse) ya que esta decisión te puede llevar a dos situaciones: deseado o no deseado.
    Tenemos la inercia de optar a veces por no hacer nada porque damos por hecho que es la alternativa de menores consecuencias ………. y eso no siempre es así; nos autoengañamos. A veces es más aconsejable hacer algo que no hacer nada.

    Saludos y muchas gracias por tus aportaciones al blog; muy interesantes.

  5. Recuerdo mi etapa de auditor de procesos de negocio soportados por IT, donde identificaba y cuantificaba los riesgos (imparto y probabilidad) sobre activos tangibles e intangibles causados por HACER LAS COSAS MAL. Realicé auditorías a más de 40 empresas catalanas, y que decepción ver que NINGUNA decidió hacer el más mínimo esfuerzo para reducir riesgos. La canción de siempre… «No nos ha pasado nunca… cuando suceda algo ya pondremos solución». Así va nuestro país… LAMENTABLE.

    • Sí O. es una lástima. Si en general, las empresas hubieran atendido más a los riesgos que se avecinaban hace 6 años, habrían podido capear mucho mejor la crisis.
      Muchas gracias por participar en el blog.
      Saludos,
      Miguel Angel

  6. […] La actividad empresarial requiere asumir riesgos y estar preparados para afrontarlos y salir fortale… Lo que no se puede hacer es confiar ciegamente en que las cosas nos saldrán bien. La suerte hay que trabajársela. Y si uno no sabe los escenarios a los que se puede su compañía en los próximos años, que lo empiece a trabajar seriamente. Y si no se está satisfecho con el resultado, siempre puede recurrir a profesionales que le ayudarán a plantear escenarios de futuro. Si muchas compañías hubieran actuado así  hace cinco años quizá ahora les iría mucho mejor. […]

  7. […] Hablaba hace varias semanas que las empresas se enfrentan a tres tipos de riesgos. Los evitables, los estratégicos y los externos. Hace poco hablé de los evitables y me toca esta semana hablar de los estratégicos. Son los riesgos que se incurren cuando se persigue una oportunidad con la esperanza de obtener unos beneficios. Oportunidad que no está exenta de incertidumbres que pueden hacer fracasar el intento, pero que la esperanza de beneficios compensa el riesgo del fracaso. […]

  8. El tipo 1 y 2 de riesgos esta vinculados directamente al actual de las personas. Al final del día las personas somos los responsables de la calidad de trabajo, de hacer las actividades bien, en cada momento de la jornada profesional.

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