Servicio, alegría y toma de decisiones

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Hay personas con las que se está muy a gusto, generan paz. Piensan en los demás. Intentan no ser problemáticos. Te ayudan cuando perciben que tienes una dificultad. Conciben su vida como un servicio. Son personas que se alegran del bien ajeno. Piensan en los demás. No son egoístas.

Una consecuencia que tiene esta actitud, y que he observado en este tipo de personas es que son alegres. Que siempre ven el lado positivo de las cosas. No son agoreros. Y lo más importante, se les ve felices. Quizá este sea el secreto de la felicidad.

Ya lo decía Tagore en uno de sus más conocidos poemas: «Yo dormía y soñé que la vida era alegría. Desperté y vi que la vida era servicio. Serví y comprendí que el servicio era la alegría».

Esto explica que haya personas con buena posición social y económica, que parece no faltarles nada, pero que no se les ve felices. Su cara no refleja alegría. Les falta dejar de pensar en sus cosas y pensar en los demás. Les sobra egoismo.

Piensa en un día normal de tu vida y busca cinco ocasiones de servir y de facilitar la vida a los demás. Te puede cambiar la vida. Servir y ser alegre es una decisión propia. Hasta el jueves que viene. Felices vacaciones a los que las empecéis estos días. Os dejo un video de una antigua alumna mia que explica lo que ha supuesto para ella su paso por el IESE

22 COMENTARIOS

  1. La actitud de «entrega desinteresada» (noble, sencilla) es el resultado de Un «Don». Una actitud que implica el compromiso personal de la constancia y mente abierta.

    Mi experiencia práctica me ha permitido hacer y desarrollar aquello que NO me gusta, me llega a gustar. Muchos profesionales fracasan, porque orientan su trabajo en aquello que perdieron por mil y una causa, posiblemente todo es diferente, aunque el cambio esta en la forma. Afortunadamente cultivo la faceta del voluntariado, y lo cierto que es te hace más sensible a lo cotidiano y en ese sentir más, certero interior y exterior, también es alegría, la llave con clave de humor y cariño….

    Gracias por la atención a todos/as, bones Vacances, Ramón.

  2. Estimado Sr. D. Miguel Ángel Ariño,

    Completamente de acuerdo con sus reflexiones e ideas. Cuando estudié y me formé en Retamar me enseñaron y me prepararon para lo bueno, lo malo, lo regular, las alegrías y los disgustos. Gracias a la grandeza del ser humano y a la libertad que Dios nos ha dado podemos hacer felices a todas las personas que nos rodean mediante la virtud de la Caridad, que a fin de cuentas esta directamente relacionada con la Esperanza al formar parte junto con la Fe de las tres virtudes teologales cristianas.

    Deseo compartir con todos ustedes estas reflexiones fruto de mi propia experiencia personal y profesional, que a continuación expongo en tres apartados y que hilan con el sensacional «post» de D. Miguel Ángel y que hace tiempo que plasmé en un papel, y que a día de hoy me sirven para seguir afrontando en los más de tres años que llevo sin un trabajo digno y honrado. Ojalá les sirvan a todos ustedes, a sus familiares, amigos y compañeros de trabajo para cualquier circunstancia de su vida diaria, por que como muy bien dice D. Miguel Ángel cuando una persona tiene poco o nada, comparte y da todo por los demás. Y si, tiene usted toda la razón profesor Ariño: a pesar de las dificultades la persona es más feliz gracias a la virtud de la esperanza: «To build Trust, we must be Generous».

    —————————————————————————————————————————–

    1. Acerca de la esperanza.

    La esperanza es un bálsamo que da barniz y esplendor a nuestra vida tanto en el plano familiar, social como en el personal. Soy de la opinión que siempre hay que desear a todas las personas que conocemos esperanza que buena suerte. Por que la suerte en cambio, es algo efímera, pasajera que cuando llega se va con la misma velocidad con la que has tenido oportunidad de aprovecharla: la aprovechas y desaparece. En cambio la Esperanza es algo bueno constante y duradero, nunca desaparece, que nos hace vivir el día a día con ilusión, alegría y esfuerzo a pesar de las dificultades, nuestros defectos y limitaciones; siempre nos hace sacar lo mejor de nosotros mismos. La esperanza es el consuelo constante, dura eternamente: nunca termina, es siempre positiva y optimista, es buena y nos da confianza y seguridad, nos da fuerzas para seguir adelante. Al ser un misterio, por ser la segunda de las virtudes teologales de la Iglesia Católica, nunca sabemos lo que nos va a deparar en el futuro con lo que siempre encierra de algo prometedor, es la razón fundamental por lo que es lo último que se pierde: es el salvavidas y la punta de lanza de nuestra vida profesional, familiar y social.

Es fundamental el estar preparado y entrenando mentalmente para salir adelante con decisión, seguro de uno mismo para equilibrar nuestras limitaciones y carencias con el fin de pulirlas con el resto del resto de las personas que forman parte de nuestra vida social, familiar y profesional, con el objetivo fundamental de ayudar a todos nuestras amistades, familiares y compañeros de trabajo, en el desarrollo diario de su trabajo profesional dentro de la Compañía en el que trabajamos día a día, pero eso si, es esencial que no se enteren, hay que hacerlo con humildad y para ello hay que tener claro el tener un espíritu de servicio.



    Parafraseando a San José María Escrivá de Balaguer: que nuestras aspiraciones, ilusiones y deseos profesionales consistan en esforzarnos todos los días para ser buenos en nuestro trabajo y lograr que todos los demás (compañeros, clientes, proveedores y socios estratégicos) sean mejores que nosotros.

Cuando pensamos en el futuro, siempre a un paso por delante estamos haciendo una llamada a nuestros deseos con lo que más se acercará a nosotros el presente, el punto de partida donde construir un futuro mejor con Esperanza.

    Por lo tanto, la esperanza es la llave que abre la cerradura de los desafíos, dificultades y la desesperación en la que algunas veces nos encontramos sometidos, y en el que estamos encerrados. Nos facilita la necesaria confianza para expresar nuestras emociones para afrontar de una manera fría y calculada adecuadamente los problemas, fallos, carencias y limitaciones a las que nos vemos sometidos en nuestra vida profesional y social, que vivimos a diario con las personas que nos rodean. El primer paso que hay que dar es ser desprendidos mediante la generosidad en el ámbito social, profesional y de los valores humanos, para adoptar rápidamente las medidas a tomar y actuar lo más eficaz posible.

    2. La esperanza como medio hacia la vida sobrenatural

    “La gente tiene visión plana, pegada a la tierra con dos dimensiones. Al vivir vida sobrenatural se obtiene de Dios la tercera dimensión: la altura, y con ella el relieve, el peso y el volumen”.

    Cita 279 del libro “Camino” de San José María Escrivá de Balaguer.

    En ésta cita San José María nos quiere dar a entender que tenemos que apuntar más alto, al cielo porque no, para alcanzar la santificación en el trabajo ordinario y con nuestra entrega y servicio a los demás. La altura es el orden de las cosas que nos rodean, pero no sólo las materiales (las que están pegadas a la tierra) sino también en todos los actos que realizamos a través de nuestro trabajo, esfuerzo, sacrificio; en definitiva: en ser generosos y confiar en los demás.

    Teniendo un orden Dios nos concede esperanza para convertir nuestros actos y pensamientos en instrumentos de santificación en nuestro trabajo y obligaciones ordinarias con el prójimo. El prójimo es el objetivo de nuestra gran empresa que se denomina “Apostolado” para acercarlo más a Dios y contagiarle su Amor y cariño. Esto implica una aspiración y reto personal con Dios que se basa en confiar en Él para que nos de´las fuerzas necesarias para llevarlo a cabo que lleva consigo un fin sobrenatural: “Que sea yo bueno, y todos los demás mejores que yo”. Cita 284 del libro de “Camino” de San José María Escrivá de Balaguer.

    Esta aspiración se debe de aplicar con humildad, templanza, caridad y desde el silencio de nuestro trabajo ordinario. Procurar que nadie se dé cuenta a nuestro alrededor de lo que hacemos por él y por los demás, en comunión con Dios y en definitiva en oración y estrecha presencia con Él.
    El servir a los demás es dar gloria a Dios, que en definitiva es disfrutar de las cosas y de la vida. Para ello hay que ser audaz y valiente, por que el ser entregado a los demás implica dar confianza y para crearla hay que ser desprendido y generoso. ¿No nos la dio Jesucristo hace más de 2000 años?. Mayor gesto de amor y generosidad no se ha vuelto a repetir en la historia de la humanidad. La generosidad y la confianza son las hermanas pequeñas del Amor.

    Las virtudes y los valores son los bienes invisibles y desgraciadamente se están perdiendo. Son las que hacen la vida más amable y feliz a todas las personas que nos rodean, y nacen en el verdadero contexto del amor humano a través de conductas eficaces para que el prójimo vaya creciendo en santidad. Producen un dominio de sí mismo para corregir nuestros defectos y errores por el camino correcto.

    Todo cristiano que profesa la religión católica siendo hijo de Dios, es instrumento de Dios, templo de los dones y frutos del Espíritu Santo y apóstoles de Jesucristo.

    Nuestra valentía y audacia de ayudar y servir a los demás, provoca en los demás un impacto emocional que les arrastra al contagio del Amor de Dios y más cuando no se lo esperan: la sorpresa no es sólo mayúscula, sino también divina.

    Al provocar este estado sobrenatural a un nivel profano del prójimo, uno se da cuenta que con una acción humana provoca un resultado divino: el haberles despertado en ellos la esperanza que habían perdido de seguir luchando para seguir adelante y puedan conseguir todo lo que se propongan en el plano humano y porque no en el divino.
    Si “para Dios nada es imposible” – Lucas 1:37 – nosotros que somos sus hijos tampoco existe lo imposible en nuestra relación con el prójimo.
    Tenemos que ver a los demás con los ojos de Dios y nos daremos cuenta qué en las personas que nos rodean veremos a Dios. El ser humano encierra un gran misterio como lo guarda Dios. Pero éste misterio humano es más accesible por que sus actos, carácter, personalidad y pensamientos tienen una proyección en la vida terrena con unos resultados y consecuencias que pueden ser buenos o malos. Gracias a ellos nos dan las pistas para acercarnos más al prójimo para realizar nuestra misión que Dios no ha encomendado: el apostolado.

    Pero, ¿Dónde tenemos que incidir más en nuestra vida familiar, social y profesional?. En aquellos aspectos en que los demás demuestre carencias, limitaciones, errores, y equivocaciones. Es decir: en todo aquello que le frustra y no le hace feliz, y que se deja arrastrar por la desesperación que en definitiva le provoca la falta de esperanza por no conseguir todo aquello por lo que persigue y lucha.

    “Para hacer cosas extraordinarias, únicamente se necesitan personas normales con una determinación fuera de lo común” – Álvaro Sánchez Acebedo.

    ¿Cuál es esa determinación fuera de común? ¿En qué consiste?. Las personas, el ser humano es capaz de hacer actos y acciones en el prójimo verdaderamente sorprendentes e increíbles. Generalmente el común de las personas normales encierran en su carácter humano una pizca de divinidad: ese es su punto de apoyo. “Dame una palanca y un punto de poyo y moveré el mundo” decía Arquímedes. Pues yo digo: “actúa como Dios actúa en ti, y contagiarás el Amor verdadero de servir y ayudar a los demás”. Esta es la determinación extraordinaria y fuera de lo común que cala en las personas, que deja un poso una huella que las puede conducir a Dios por el camino de la esperanza. En el fondo es una cuestión de confianza y generosidad.

    Como antes he comentado, esa determinación exige una gran dosis de auto – exigencia, auto – disciplina y egoísmo consigo mismo. Exige también agudeza en la visión de nuestro interior para ver a los demás con los ojos de Dios y ayudar en aquellas personas sin que se den cuenta, del mismo modo que actúa Dios con nosotros y es que el verdadero apostolado exige silencio, templanza, perseverancia y paciencia ante los ojos del prójimo. Dios nos ha dado unos instrumentos talentos, dones y virtudes en el plano espiritual e inteligencia, vista y oído en el plano terrenal para detectar las necesidades del prójimo. Hagamos uso de ellos mediante el don de ciencia que el Espíritu Santo nos ha dado para adelantarnos a cubrir las necesidades del prójimo, para que cuando acuda a nuestra ayuda sus necesidades o problemas estén ya resueltos.
    Ayudemos a los demás sin que ellos nos lo tengan que pedir y vean en nuestros actos la obra de Dios a través de sus instrumentos: sus hijos que somos todos nosotros. Afilemos el cincel de la caridad para dar forma a la obra de Dios.

    3. La esperanza en el ámbito profesional

    “Un secreto – un secreto a voces: estas crisis mundiales son crisis de santos” – Cita 301 de “Camino” – San José María Escrivá.

    Haciendo un análisis con la que está cayendo en España con una recesión económica que lleva ya casi seis años, uno de los múltiples, sanos y enriquecedores cambios que debe de haber en todos los consejos de administración y departamentos de dirección de las empresas, sea cual sea su tamaño o sector, nacionales o extranjeras es que un alto directivo ha de ser en este proceso de reconversión de salida de la crisis una persona integra, honesta, ética y con valores. ¿De que sirven los conocimientos y la experiencia si no van acompañados de una ética empresarial adecuada?. Para nada. Al final, se acaba estrellando la empresa con sus directivos al frente y arrastrando sus empleados y proveedores. Sólo algunos de los ejemplos muy claros: la inmobiliarias Llanera y Martin Fadesa, la multinacional Pescanova y las cajas de ahorros que se han comportado como bancos cuando en realidad no lo eran: Caja Madrid y Bancaja (Bankia).

Haciendo una auto – crítica constructiva, creo que vamos todos vamos sobrados de conocimientos y experiencia y lo que nos hace falta es recuperar los valores y la ética empresarial.

    Por ello lanzo la siguiente reflexión:

 «Si protegemos y nos preocupamos por el bienestar de nuestro ambiente familiar, de nuestros seres queridos, del hogar donde vivimos, de dar la mejor educación que podamos a nuestros hijos, de pagar las facturas y de llevar un correcto control de gestión de la economía familiar; ¿por qué no hacerlo con nuestras empresas, el control de su gestión, los profesionales que trabajan en ellas y nuestra economía nacional?».

    Más humanismo empresarial y menos pensar en el corto plazo creyéndonos que las empresas son máquinas de hacer dinero de la noche a la mañana. Las empresas crean riqueza que es muy diferente: contribuyen al PIB de un país, crean puestos de trabajo, hacen aumentar las cotizaciones sociales, diseñan el tejido industrial y productivo, hacen que la balanza de pagos sea menos deficitaria con el aumento de las exportaciones cuando eso si, nuestro mercado interno está abastecido, desarrollan el talento y la creatividad de los profesionales que las forman pasando de la verticalidad jerarquizada a la horizontalidad: todo el mundo es importante dentro de cualquier organización, sino ¿por qué ocupa ese puesto dentro de la compañía?, por algo será. 

La Confianza y la generosidad (en el aspecto humano claro, no en el económico) conducen a la honestidad, a la integridad, a la honradez, al compañerismo (la entrega en ayudar a los profesionales que forman parte de la empresa en la que desarrollamos nuestro trabajo, la motivación, el desarrollo del talento y la creatividad), el esfuerzo y el sacrificio.

    En el caso de España es consecuencia de la falta de confianza y generosidad de todas las partes implicadas y nada más. Todos vamos «sobrados» de conocimientos y experiencia, que junto con la codicia y la envidia han hecho el cóctel perfecto que nos han llevado a la gran “borrachera” (falsa creencia que nuestra economía era espectacular) hasta que llegó la resaca en forma de recesión económica que estamos viviendo. Faltan valores como la honestidad, la integridad, la honradez, el compañerismo, el esfuerzo y el sacrificio pero el personal sigue sin enterarse.¿Cuando vamos a madurar de una vez por todas?.

    Sin lugar a dudas y estoy completamente convencido que los magníficos y excelentes directivos españoles que tenemos en nuestras empresas, algunas de ellas multinacionales, tienen la gran oportunidad con está crisis de dar un golpe de timón certero para dar un portazo a esta soporífera recesión que ya cansa y cansa a más no poder: el futuro es nuestro.

    No existe esperanza empresarial, por que no estamos seguros de nosotros mismos, de nuestras capacidades, ¿Es quizás una cobardía manifiesta?. Seguramente. Lo que si está claro es que hace falta determinación, audacia y valentía. No podemos dejarnos ganar por el conformismo, y si hay algo que nos da la esperanza son las directrices y las pautas que nos muestra la dirección ha seguir hasta alcanzar nuestros objetivos deseados y anhelados. Queda muchísimo trabajo por hacer para colocar a España en el lugar donde se merece.

    —————————————————————————————————————————–

    Muchas gracias a todos ustedes. Les deseo unas felices vacaciones.

    Un cordial saludo.

    Álvaro Sánchez Acebedo.

  3. Yo hace ya tiempo que me di cuenta que la felicidad es más una actitud ante la vida que un resultado de situaciones favorables.
    Cuando pasas un momento realmente malo en tu vida te das cuenta de lo poco que disfrutaste cuando apenas tenias pequeños problemas nimios que te hacian protestar por todo.
    Como bien dices la felicidad está en el servicio y en la actitud con la que des ese servicio y la pena es que cada vez se nos vende más y más que el dinero y el poder serán lo que nos hará felices. Cuan equivocados están. Yo llevo 12 años siendo muy feliz y agradecido por la suerte que tengo.
    Buena y FELIZ semana a todos!

  4. Hace un tiempo leí un aforismo que me gustó mucho. Dice así:
    » A los 20 años tienes la cara que Dios te ha dado.
    A los 40 años, tienes la cara que te da la vida…
    …y a los 60 años tienes la cara que te mereces !! »
    Imagino que muchos de los lectores de este blog, hemos superado ya los 40 y por lo tanto… id con extremo cuidado. Entre los 40 y los 60 se está conformando la cara que tendremos en la vejez!!!. De cada uno depende llegar a ella con un rostro sereno o con cara de amargado.
    Desde luego, el consejo que nos da Miguel Angel (generar paz en el entorno y ser bálsamo para los conflictos, con alegria) nos ayudará a estar en el primer grupo. Yo por lo menos me voy a esforzar en ello.

    Saludos y gracias Miguel Angel por el post.
    Javier del Agua

    • Muy interesantes tus consideraciones y el aforismojavier. No l oconocía. Pero efectivamente. a los 60 ya se tiene la vida muy hecha y es más difícil forjarla bien si no se ha forjado durante los años anteriores.
      Saludos,
      Miguel Angel

      • Especialmente los que no salimos demasiado bien parados en el reparto inicial de caras, y la vida nos ha dado una de cal y una de arena ( como a casi todos), nos hemos de esforzar doblemente en seguir los consejos de tu post.
        Que nuestros niet@s puedan decir que tienen un abuel@ encantador-a y no un viej@ urañ@.
        Saludos una vez más,
        Javier del Agua

  5. Miguel Ángel, felicidades, un post excelente. Gracias por tus siempre gratas aportaciones. Un afectuoso saludo.

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