Leo en un titular: “El petróleo podría no volver jamás a los 100 dólares”, y me echo a reir. A principios del año 2.000, antes de los atentados terroristas del 11.IX el Dow Jow Industrial Average, el índice de la bolsa de New York había superado los 11.000 puntos. Había tenido una rentabilidad espectacular en los años anteriores. Había euforia colectiva y todavía no había estallado la burbuja de la llamada “nueva economía” liderada por las famosas punto.com.
Afamados comentaristas económicos se hacían eco de las previsiones de los bancos: en dos años el Dow Jow llegaría a los 30.000 puntos. Una rentabilidad del 70% cada uno de los dos años. Ni que decir tiene que dos años después el susodicho índice no llegaba a los 10.000 puntos, y actualmente en 15 años después está en torno a 17.000. Es decir, el 70% de rentabilidad ha tardado 15 años, dando lugar a una rentabilidad anual del 3,6%.
Pues sí, el petróleo volverá a superar los 100 dólares y los volverá a perder. En nuestros juicios sobre las cosas nos dejamos llevar por los últimos datos que tenemos y por las últimas impresiones. Y pensamos que lo que está pasando ahora va a ocurrir siempre, que es la nueva tendencia. Si nos ocurre algo malo, ya generalizamos y pensamos que la desgracia es la compañera de nuestra vida, y si algo nos va bien, pensamos que siempre las cosas nos van bien.
Pues no, en la vida pasa de todo, cosas buenas y cosas menos buenas. Y en economía se dan las fluctuaciones y los ciclos. Y si ahora los precios están bajando (la famosa e injustificadamente temida deflación) no significa que van a estar bajando indefinidamente. Ya volverán a subir.
Aprendizaje de esta semana: Se más objetivo y no te dejes llevar por las últimas impresiones al hacer tus juicios. Te equivocarás. Os escribo desde New York, donde estoy dando clase en un programa del IESE. La ciudad está nevada. Hasta el jueves que viene.
Es increíble ver cuantas veces los humanos como especie podemos cometer el mismo error.
Me gustaría dejaros la descripción de un experimento con primates que vi ayer incluida en la presentación de un colega, y que posiblemente algunos ya conozcáis. Dejo al juicio de cada uno evaluar cuanto de primates tenemos todavía los humanos:
A group of scientists placed 5 monkeys in a cage and, in the
middle, a ladder with bananas on the top.
Every time a monkey went up the ladder, the scientists
soaked the rest of the monkeys with cold water.
After a while, every time a monkey went up the ladder, the
others beat up the one on the ladder.
After some time, no monkey dare to go up the ladder,
regardless of the temptation….
Scientists then decided to substitute one of the monkeys.
The first thing this new monkey did was to go up the ladder.
Immediately, the other monkeys beat him up.
After several beatings, the new member learned not to
climb the ladder even though he never knew why…
A second monkey was substituted and the same occurred.
The first monkey participated in the beating of the second
monkey. The third, fourth and fifth monkey were
changed and the same occurred (beating).
What was left was a group of 5 monkeys that – even though they had never
received a cold shower – continued to beat up any monkey who attempted
to climb the ladder…
Gracias Jordi por compartir con nosotros ese experimento.
Saludos,
Miguel Angel
Si lo que comentas en el articulo lo combinas con la creencia a que las cosas malas nos vienen dadas del exterior y las buenas nos las ganamos (por eso nos las merecemos), ya podemos explicar muchos de los comentarios que escuchamos. Quien no ha dicho u oído alguna vez ” Me han suspendido el examen” o “he aprobado”…
Sí Pablo, los errores nunca van solos. Acumulamos varios en una misma situación.
Gracias,
Miguel Angel
No sé porque tu post me hizo pensar en la llamada “economía sumergida”. Creo que en el crecimiento está la clave, no en los precios (aunque los precios son indicativos). Y crecer, siempre empieza por casa. Las economías domésticas son la clave del crecimiento. Mientras no se pondere económicamente, aparecerán los exabruptos, picos y valles, que nos hacen comentarlos. Pero si en tu casa la economía no crece o se contrae, lo mismo pasará fuera de ella porque es el verdadero indicador económico. En mi libro aplico esto en un nuevo concepto (T) que llamo la actividad económica. Ése es el indicador clave y poco a poco, como lo apuntan Aoki y Yoshikawa (aunque hablan de la T, dicen que no saben qué pueda representar), irán midiéndola hasta descubrir que es la economía doméstica, en todo el sentido de lo que es, es decir, lo que pasa en tu casa.
Y eso, que todavía no es entrar en los hábitos. Ya lo haré otro día. Muy inspiradora entrada. Gracias MA. Saludos.
Gracias Javier por tus reflexiones.
Saludos,
Miguel Angel
Los sesgos nos suelen cegar. Sobre las predicciones a cargo de economistas, nada mejor que leer a Xavier Sala i Martín en su excelente libro “Economía liberal para no economistas y no liberales”: “hay dos tipos de economistas: los que no saben hacer profecías y los que no saben que no saben hacer profecías”.
Muchs gracias Manuel por tu comentario y por el libro que recomiendas, que yo ya he leido,
Saludos,
Miguel Angel
El pensar que todo estará bien implica que existan sucesos históricos-económicos como La Gran Depresión de 1929, todo tiene su ciclo de vida, el estrujar una economía conlleva a una crisis económica creada en beneficio de algunos, por lo mismo, cuando las bolsas varían y tienden a una disminución es rentable hacerse de instrumentos financieros (acciones, futuros, etc) lo mismo que los dólares. Se debe considerar a su vez, que cuando existen las crisis económicas se generan fusiones, ventas y adquisiciones de activos o empresas, siendo las más pequeñas absorbidas por las grandes.
Gracias Julio,
Miguel Angel
Totalmente de acuerdo Miguel Angel…aunque el tema de la deflación permanente a mi sí me asusta 🙁
Guillem, a ni la deflación tal como está ahora no me asusta. Igual que tampoco asusta una inflación del 2%.
De todas maneras de esto nadie sabe nada, porque no hay experiencia práctica.
Gracias y saludos,
Miguel ANgel
El problema de la Deflación, implica desde un enfoque Macroeconómico y Financiero que se desvaloricen los Activos o Empresas. Eso es relevante porque conlleva a fusiones y adquisiciones por parte de inversiones extranjeras.
Sí Julio, pero me parece que para que se produzca lo que tú dices es necesaria una deflación mucho más potente. Por lo menos de un 5% sostenida.
No sé. Quizá tengas razón.
En cualquier caso gracias por participar,
Miguel Angel