Nadie es perfecto. Todos tenemos unas cualidades y carecemos de otras. Lo importante es conocer nuestras carencias para poder saber qué cosas a las que nos enfrentamos no vamos a saber resolverlas bien y subsanarlas de alguna manera. Podemos subsanarlas bien trabajando con otros que poseen las cualidades que nosotros no tenemos o bien no metiéndonos en asuntos para los que no estamos dotados.
Malo cuando un directivo no sabe que no posee ciertas cualidades y actúa como si las poseyese. El desastre puede ser magnífico. Recientemente me han hablado de un CEO que no sabe relacionarse con personas. Les tiene miedo. Las dirige, sin ninguna mala intención, dando palos de ciego. Y los desaguisados que ocasiona son monumentales. Como es buena persona con frecuencia concede a su gente lo que le piden. No se da cuenta de los agravios comparativos que genera y las injusticias que suponen para los demás los privilegios que concede a algunos.
Un buen directivo debe conocer sus carencias. Nadie es perfecto y todo el mundo debe saber que hay cualidades de las que carece. Si las necesita debe suplirlas rodeándose de personas que las posean. Pero nunca la insensatez de asumir la acción en cosas en las que uno no es competente. ¡Qué difícil es conocerse! No sé en qué frontispicio de no sé qué templo griego estaba inscrito “Conócete a ti mismo”. Qué sabias palabras.
Buenos días Miguel Ángel,muchas gracias por estos post que sigo por email.Te hago una pregunta directa, puesto que veo por tu perfil profesional que eres una persona emprendedora y con ambición profesional, supongo que no podría ser de otra manera a la hora de trabajar tu ámbito y con sentido día tras día. ¿Buscas un avance en tu calidad de vida?Quizá te pueda parecer una pregunta simplista, pero si la respuesta es afirmativa, quizá sea interesante para ti que nos conozcamos.Sin embargo, si estás bien en tu situación actual, quizá conozcas otras personas con espíritu emprendedor, con ganas de mejorar su situación actual, de ganar más dinero, de tener más calidad de vida, que esté buscando un plan B (que hoy en día es necesario !!!).Puedes darle mi contacto con toda tranquilidad y que me escriban. Estamos expandiendo nuestro proyecto empresarial, y creando un equipo con ese perfil personal y profesional de personas. Gracias por tu tiempo.Un cordial saludoFco. PérezMóvil: 629 01 11 66 Date: Thu, 17 Sep 2015 06:00:26 +0000 To: fjpm67@hotmail.com
Tiene toda la razón Miguel Angel, tenemos que conocernos pero, ¿estamos preparados para conocernos?, ¿aceptamos de buen agrado nuestras deficiencias?. Si lo conseguimos, tenemos mucho ganado.
Yo creo Josep que sí que estamos preparados para conocernos. Otra cosa es que queramos hacerlo o no. Se vive muy bien en la ignorancia.
Gracias por participar y saludos,
Miguel Angel
y tan sabias palabras. Poca gente es consciente de lo importante que es y de que necesita un poco de soledad y algo de tiempo. A mucha gente lo de la soledad le asusta precisamente porque le da la oportunidad de observarse, tomar consciencia y conocerse.
Un saludo, Teresa
Gracias Teresa por tu participación. La soledad es una de las cosas que más asusta y por eso se vive en una ajetreada actividad.
Saludos,
Miguel Angel
Amor,
Me parecio bueno, te lo envio.
Te amo
Mario, creo que cuando recibiste el mail anunciando el post quisiste enviarlo a alguien, pero lo que te ha salido es un comentario. Si quieres borro todo.
Saludos,
Miguel Angel
Así empezaba la encíclica Fides et Ratio según recuerdo. Lo que pasa es que es muy difícil conocernos porque es fácil tener contenidos pensados pero saber cómo se tienen ya requiere inteligencia y puede lograrse aunque es más difícil, pero saber cómo es el que piensa, es decir la persona misma como acto de ser solo se puede con la voluntad y eso Miguel Ángel, eso … requiere toda la vida, llenarla de acciones cada vez más heroicas que nadie tiene capacidad para colmar, aunque progrese cada vez más en ello. Pero el truco está en por lo menos intentarlo. Y para eso está el IESE
Anónimo, te respondo lo mismo que he comentado a Teresa más arriba.
saludos,
Miguel Angel