No me lo puedo creer!!!!!

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Noticia del lunes en La Vanguardia: “El supremo autoriza a los padres a controlar el Facebook de los hijo”. No me lo podía creer. Pero ¿Nos hemos vuelto loco?, es que para que unos padres eduquen a sus hijos como creen conveniente necesitan la autorización del supremo? ¿Pero quien es el Supremo ni nadie para decir cómo unos padres deben actuar ante sus hijos?

Yo entiendo que cuando unos padres se vuelven locos o impedidos y no pueden hacerse cargo de sus hijos ni tampoco otros familiares puedan hacerlo, entonces subsidiariamente, algún organismo público se haga cargo de ellos. Pero sólo cuando los padres no puedan. Pero mientras haya unos padres capaces, cómo es la situación habitual de la mayoría de las familias ¡no tienen nada que decir ni el Supremo ni Rita la cantadora!

No sé si es que nos hemos vuelto locos o es que nos hemos vuelto tontos. El estado y sus leyes se entrometen de un modo totalitario en la vida de los ciudadanos. Una cosa es que haya unas instituciones que gobiernes los intereses comunes de todos los ciudadanos y otra que esas instituciones se otorguen el derecho de inmiscuirse en todos los ámbitos de las personas. ¡Qué asfixiante! ¡Qué agobiante! Basta de intromisión, déjenme vivir con libertad.

Hasta el jueves que viene. Os dejo un video de una entrevista que me hicieron el año pasado. El password es “decidir”

Aprende a tomar buenas decisiones from IESE Business School on Vimeo.

21 COMENTARIOS

  1. Hola Miguel Ángel,

    estoy muy de acuerdo en que los poderes públicos se entrometen en exceso en áreas de la vida privada de las personas.

    Respecto al contenido de tu post de hoy, me gustaría comentar que hace unos pocos días estaba en un seminario con varios juristas (catedráticos de derecho civil) en el que se comentó la sentencia del Tribunal Supremo que produjo la noticia de La Vanguardia. Pienso que los detalles de la sentencia son de tu interés, por lo que – con tu permiso – te hago un breve resumen para honrar a la verdad.

    Una hija de los señores de este caso, de unos 14 ó 15 años de edad, estaba siendo víctima de acoso sexual a través de Facebook. La madre, al observar un comportamiento extraño en su hija, «entró» en su cuenta de Facebook y encontró material gráfico y videos (ahorro los detalles y me limito a destacar su carácter pornográfico) producidos y enviados por el acosador. Obviamente denunció el tema y aportó el material como prueba. La cuestión es que el criminal, muy cuco él, alegó ante el tribunal que los elementos de prueba habían sido obtenidos de forma fraudulenta, ya que la madre no tenía derecho a entrar en la cuenta de su hija sin su permiso, y por ello las pruebas debían ser consideradas nulas. Esta nulidad habría conllevado la absolución del acosador.

    La cuestión llegó al Tribunal Supremo, que ha entendido que el derecho de los padres a proteger a sus hijos es superior y prevalece frente al derecho a la intimidad de una de sus hijas. Y, todo debe decirse, la hija declaró en juicio que no tenía inconveniente alguno por lo que hizo su madre.

    He sido muy sintético. Pero la sentencia es trascendente por incidir en una cuestión muy importante como es el régimen de responsabiliad civil del menor, que en España es realmente «peculiar», por dispersa en incoherente. En mi opinión el Tribunal Supremo ha reforzado a las familias en el plano jurídico, y su libertad como personas. Y, de paso, ha dejado en la cárcel a un indeseable.

    He pensado que te interesaría conocer los detalles de la sentencia, lo cual permite percibir de otro modo el trabajo – fantástico – de nuestro Tribunal Supremo. Y opinar que el titular de La Vanguardia no es acertado, ni mucho menos.

    Disculpa si me extendí un poquito. A ver cuándo vuelves por estas zonas del norte, un abrazo.

  2. Por cierto, muy mal por La Vanguardia por publicar un artículo sesgado buscando el sensacionalismo. La verdad es que últimamente algunos medios de comunicación escritos (los Periódicos) se parecen más al Hola o incluso al desaparecido El Caso que a lo que deberían ser.

    • Josep, La vanguardia había dado la noticia correctamente, tal como la expone José María. Yo lo he comentado en esta semana para hacer notar que el que se haya llegado a este punto indica cómo estamos de nivel humeno y social.
      Gracias,
      Miguel Angel

      • M.A. tines razón… he leído el artículo en La Vanguardia está excelentemente documentado. Es increíble llegar al Supremo con algo tan «elemental» como esto.
        Un abrazo, Profesor.

  3. Puede que tenga que ver, en general, con la sobredimensión de las instituciones que nos gobiernan. Tienen que inventarse actividad, . . . además de meter la mano

    • Comparto esa percepción. Y también tiene que ver con la intromisión constante en el ámbito privado y familiar de las personas, intromisión vestida de «derechos» – cuestionables con frecuencia – o de «protección» de colectivos sociales, y que a veces son una merma de nuestra libertad personal o una imposición sesgada de valores.

      Por ejemplo, la Ley de Protección Jurídica del Menor (1996, PSOE de Felipe González), repleta de generalidades ambiguas sobre cómo han de ser los menores en la vida familiar, en la escuela, etc…

      El rigor técnico-jurídico de estas leyes invita, en muchas ocasiones, a la tristeza. Son confeccionadas en comisiones parlamentarias por políticos imponiendo criterios de marketing de partido. Después los tribunales, como en el caso que nos ocupa, al aplicar estas leyes tienen que hacer equilibrios para impartir justicia con sentido común. Todo para que después venga la prensa a «informar» a su manera, cuestionando nada menos que a un Tribunal Supremo, compuesto por las mentes más brillantes de la carrera judicial y con una vida entera consagrada al estudio del Derecho. Es evidente que necesitamos un cambio: en el Congreso.

      Un saludo.

  4. Hola a todos y gracias José Maria por los comentarios.

    Leyendo los comentarios al post me ha venido a la cabeza aquel proverbio africano que seguro conoceis… » Para educar a un niñ@ hace falta toda la tribu…y yo sólo soy un padre».

    El problema es que hoy la tribu ha desaparecido, o mejor dicho han aparecido muchas tribus en contra de la educación de los hij@s.. y claro está, así es dificil educar!!, porque las madres y padres nos encontramos solos ante el peligro.

    Os dejo un link a un fragmento de conferencia de Emilio Calatayud, juez de menores donde critica la «derogación de facto» que la sociedad ha hecho de muchos aspectos del código civil referentes a los menores.

    https://www.youtube.com/watch?v=yRVrG3GPmXs

    Es un ejemplo de lo que comenta José Maria Fité. Los legisladores han perdido el rumbo hace tiempo de lo que debe ser una LEY… y en vez de poner en manos de los jueces herramientas eficaces para impartir justicia, han banalizado la ley hasta convertirla en panfletos de propaganda partidista.

    Saludos a todos y gracias por el blog.

    Javier del Agua

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