Existe en el gobierno de España un «Ministerio de Igualdad», cuya principal función es fomentar la desigualdad en España. O, mejor dicho, fomentar la percepción de desigualdad en nuestro país. En la medida que haya desigualdad tiene razón de ser este ministerio. Si hay igualdad, para qué hace falta ese ministerio. Es por esto que le va su existencia en intentar convencernos de que en España hay desigualdad, y para ello nada más eficaz que fomentarla.
Es por esto su afán de enfrentar a los hombres contra las mujeres demonizando a los hombres. Es por esto su afán de enfrentar a los locales con los inmigrantes, fomentando la inmigración. Su afán de enfrentar propietarios con okupas. El mismo afán por defender el mayor número posible de géneros. Cuanto mayor sea esta diversidad mayor será la desigualdad. En fin, que les va la existencia en fomentar la desigualdad.
A mi me parece que las cosas son más sencillas. Yo defiendo la radical igualdad de todas las personas. Todos tenemos la misma dignidad por el hecho de ser personas. Seas hombre o mujer, local o inmigrante, etc. Yo defiendo que Dios nos ha legado la tierra a los humanos, no Francia a los franceses, España a los españoles o Portugal a los portugueses. Ese legado nos confiere a todos el derecho de beneficiarnos de la tierra y la responsabilidad de preservarla para el disfrute de todos.
Todos tenemos la misma dignidad, pero a partir de allí cada uno tenemos las características que tenemos y no se nos puede cortar por el mismo patrón. Cuanta más variedad, mayor riqueza. Por eso pienso que un verdadero ministerio de igualdad lo que debería centrarse es en defender la igual dignidad de todas las personas. Hasta el jueves que viene.
