Icono del sitio Toma de Decisiones Miguel A. Ariño

Aeropuertos cerrados (II)

Aunque desde que se ha vuelto a abrir el espacio aereo europeo, la noticia de la nube de lava ha desaparecido de los titulares de los periódicos, la situación producida estos días atras me va a permitir hablar de dos errores bastante comunes en la toma de decisiones.

Si bien el primer día cuando se produjo la noticia hubo desconcierto, al cabo de cinco días ya estaba todo el mundo opinando en la prensa sobre si se había exagerado la situación, si se había sobrereaccionado, etc. Esta crítica es muy fácil hacerla al cabo del tiempo cuando se tiene más información sobre lo que está pasando. Pero el cierre del espacio aereo hubo que decidirlo casi instantaneamente, por lo que no son aceptables los juicios que a posteriori se hacen sobre la decisión. No se puede juzgar lo acertado que es una decisión utilizando información que no estaba disponible cuando se tomó. Cuando ya se sabe lo que va a pasar es muy fácil decidir. El problema es ese, que cuando hay que decidir no se sabe todavía lo que va a pasar.

El segundo error que se suele cometer es el denominado «self serving bias». Consiste en que los distintos protagonistas esgrimen los argumentos que más les favorecen a sus intereses. Por un lado las aerolíneas se han centrado en destacar lo descabellada que es la decisión de cerrar lo aeropertos. Por otro lado las autoridades se han centrado en hablar de que no se pueden asumir riesgos. Cada parte ha utilizado los argumentos que mejor defendían sus intereses o mejor justifica su decisión. Esto dificulta la buena toma de decisiones. Ante una situación, cuando se juzga una alternativa primero hay que poner todos los argumentos a favor y también todos los argumentos en contra. Una vez que se han esgrimido todas las razones, entonces se puede empezar a valorarlas y juzgar si esa alternativa es adecuada o no.

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