Esta dificultad en distinguir los hechos de los juicios nos lleva a desconocer la realidad. Que las ventas en una empresa han bajado un 20% es un hecho. Que la culpa de este descenso lo tiene el director de ventas ya es un juicio. El problema es cuando damos a los juicios la categoría de hechos. En ese momento ya estamos tergiversando la realidad. Al dar categoría de hechos a nuestras suposiciones nos estamos incapacitando para cuestionarlas. Pero luego viene la testadura realidad y se comporta de modo distinto a como habíamos supuesto. La realidad no nos obedece.
Cuando tomamos decisiones tenemos que hacer juicios, pues hay cosas que desconocemos y las tenemos que suponer. Pero tenemos que saber distinguir cuando una cosa es una suposición y cuando es un hecho. Así podremos cuestionar nuestras suposiciones, y podremos preparar planes alternativos si estas resultan ser equivocadas. No conocer la realidad nos coloca en fuera de juego ante la misma realidad. Hasta el jueves que viene.