Mucha polémica ha causado la reciente dimisión del hasta hace poco presidente del Futbol Club Barcelona. Se han aventurados razones de su dimisión y también se ha insinuado quien podría estar detrás de la querella que previamente se le había puesto.
Cuando se afirman cosas sobre algo o alguien hay que estar muy seguro de que lo que se dice es cierto. Si no se puede hacer mucho daño. Ocurrió a no recuerdo qué empresa de embotellamiento de agua. Se corrió el bulo de que el agua estaba en malas condiciones. Las ventas bajaron dramáticamente. Tuvieron que cerrar. Todo fue un montaje (si alguien recuerda la empresa que lo diga)
La buena fama de las empresas y sobre todo de las personas es algo con lo que no se puede jugar. Hay que estar muy seguro cuando se lanza alguna acusación. Y muchas veces, si no se perjudica a terceros, no habrá ni siquiera porqué hablar por muy cierto que sea lo que se dice. Evidentemente si se perjudica a terceros, hay que salir en defensa de los intereses de estos, pero muchas veces esto se podrá hacer sin airear públicamente las malas actuaciones de alguien.
A mí me parece que en principio es siempre mejor pensar de las buenas intenciones de todo el mundo, y solo desconfiar cuando se sabe positivamente que alguien no es digno de confianza. Además hemos de tener en cuenta que todos cometemos errores, y no nos tiene que caer el peso de la descalificación pública por una equivocación.
Creo que actuando de esta manera creamos un entorno social mucho más acogedor y viviremos con más paz y más alegría. Aunque simpatizo con el Barça, que nadie quiera ver intereses deportivos en este mensaje. No los hay. Solo he querido aprovechar una noticia para exponer un modo de actuar que a mí me parece muy razonable.
El lunes publicamos el Indice IESE de Incertidumbre Económica correspondiente al mes de enero. La incertidumbre está ahora en niveles históricamente bajos. Hasta el jueves que viene.
