Icono del sitio Toma de Decisiones Miguel A. Ariño

Datos y opiniones

Hay un dicho que dice que los datos no se discuten, se comprueban. Estoy parcialmente de acuerdo con ese dicho. Parcialmente porque los datos admiten interpretaciones. Los mismos datos pueden querer decir una cosa u otra. Y sobre todo la interpretación que se hace de los datos puede ser muy diversa y errónea.

Un clásico ejemplo que sale en mis clases es un titular de un periódico que dice “La mitad de los fallecidos en accidentes de carretera llevaban cinturón de seguridad y la otra mitad no”. Esto es un dato que puede llevar a la conclusión de que llevar cinturón de seguridad no aumenta la seguridad. Craso error, para llegar a una conclusión de este tipo uno tiene que calcular entre las personas que llevan cinturón de seguridad qué proporción muere en accidente de circulación, y compararlo con la proporción de personas que no llevando cinturón mueren. La diferencia es abismal.

Los datos, y sobre todo su interpretación, se pueden y se deben discutir. Lo que no cabe discutir es sobre las opiniones. Si yo pienso que la música rock es molesta, nadie me lo puede discutir. Posiblemente a otras personas les parecerá muy atractiva, cosa que yo no les discutiré. Pero el que a mí me parezca que es molesta, por favor que no me lo discutan. Soy yo el que sé lo que me gusta y lo que no. Los datos se discuten las opiniones no. Por cierto, a mi me gusta la música rock.

Hay personas que están muy seguras de lo que dicen. No dudan. Creen que están en lo correcto. Esto les incapacita para aprender. Ante los distintos sucesos y situaciones uno debe hacerse un juicio. Pero debe estar abierto a cambiarlo si le muestran que hay razones para hacerlo. Si uno siempre está seguro de lo que piensa difícilmente aprenderá de los demás. Hasta el jueves que viene.

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