Icono del sitio Toma de Decisiones Miguel A. Ariño

Loa sueldos de los directivos

La semana pasada informaba la prensa de una sugerencia de una de las vicepresidentas del gobierno de España: limitar los sueldos de los altos directivos. Parece que pueden resultar escandalosos los sueldos que cobran algunos altos ejecutivos en España.

Al respecto tengo varias cosas que decir. La primera que un directivo ha de tener el salario adecuado a su responsabilidad. Muchos empleados realizan su trabajo y se van a casa a descansar. Es muy propio de los directivos llevarse a casa los problemas y los riesgos que pesan sobre su cabeza. Y esa tensión hay que remunerarla.

La segunda cosa es que un sueldo desorbitado, que va más allá de lo que justificaría la responsabilidad que se asume es poco ejemplar y desilusiona a los empleados. Muchas veces los empleados pueden pensar, con razón o sin ella, que están trabajando para enriquecer a otras personas. El ambiente de la empresa se deteriora y la empresa no alcanza todo su potencial.

Y finalmente lo que a mi me parece más importante: libertad. Que cada empresa haga lo que quiera. Que distribuya el beneficio de sus actividades como quiera. Si lo hace mal es su problema y si lo hace bien enhorabuena. Pero por qué un tercero se va a meter en cómo se hacen las cosas internamente en una empresa. Cuánta intromisión. Viva la libertad.

Si se limita el sueldo de los directivos ¿por qué no limitar también el de los futbolistas? Que cada organización haga lo que quiera y que el gobierno interfiera lo menos posible. Que se hagan cumplir las leyes razonables y que se paguen los impuestos razonables y nada más. Esto último de las leyes e impuestos daría mucho que hablar. Pero lo dejo para otra ocasión. Hasta el jueves que viene.

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