En las empresas está establecido un sistema de jerarquía: quien depende de quién, qué responsabilidades tiene cada uno, en qué asuntos hay que coordinarse con otros, etc. Es lo que se llama el sistema formal de la empresa. Hasta aquí todo muy bien, pero estos lugares en la jerarquía los ocupan personas, esta coordinación de tareas las tienen que llevar a cabo personas. Y las personas somos muy distintas. Hay personas colaboradoras, que facilitan los trabajos de coordinación, que echan una mano, aunque no sea responsabilidad suya cuando ven que alguien necesita ayuda. Personas que suman. Personas positivas.
Y también está el perfil contrario. Personas que nunca ayudan, que coordinarse con ellas es un auténtico tormento, y que mejor no tenerlas muy cerca. La dirección de la empresa debe estar atenta a estas actitudes, porque lo que haga la dirección tanto con los colaboradores como con los problemáticos determina la cultura y el ambiente que se respira en una empresa.
Basta con que la dirección premie a estos de perfil negativo y penalice a los colaboradores para que el compromiso de la gente desaparezca y el ambiente sea muy disfuncional. Y esto de premiar a los de actitud problemática es mucho más fácil de lo que a primera vista podría parecer. Estas personas suelen ser astutas, y ya se encargan de hacer las cosas de modo que la dirección de la empresa los valore. De cara arriba muy colaboradores y con los iguales y de abajo arrogantes y despreciadores.
Un equipo directivo fino sabe captar estas actitudes, ponerles coto y penalizarlas. Cuando este tipo de actitudes se da en una organización, el equipo directivo está en fuera de juego. Ya he comentado otras veces que la principal variable de la que depende la rentabilidad de una empresa es la productividad de los empleados, y la principal variable de la que depende la productividad de los empleados es su compromiso con la empresa. Las empresas que permiten actitudes arrogantes distan mucho de alcanzar su potencial, y es porque la dirección no aborda bien el tema del compromiso de sus empleados. Hasta el jueves que viene.
