Icono del sitio Toma de Decisiones Miguel A. Ariño

Contra la prepotencia: cercanía

Muchas gracias, lectores, por lo mucho que difundísteis por la red el mensaje de la semana pasada sobre los directivos prepotentes. Por los comentarios que hicísteis ya se ve que quien más quien menos ha padecido alguna vez a alguno de ellos. Dado el interés mostrado por el tema, esta semana voy a hablar de la situación contraria: de las carácterísticas de los directivos con los que da gusto trabajar, que por cierto son muchos.

Son directivos que saben que su trabajo consiste fundamentalmente en facilitar la tarea de sus subordinados. Conciben la posición que ocupan, no como un privilegio sino como un servicio. Infunden confianza. No da miedo acudir a ellos porque reaccionan siempre de un modo predictible. Son directivos «cercanos»Son humildes. Se preocupan del crecimiento de su gente. Son de fiar. Cumplen con la palabra dada. No hacen injusticias. Da gusto trabajar con ellos. Y sobre todo, se les echa en falta cuando ya no están.

Este modo de ser no debe confundirse con el directivo «bondadoso» que, queriendo contentar a todo el mundo, acaba siendo injusto con todos. Saben exigir y corregir cuando lo que necesita el subordinado es que se le exija o que se le corrija. Y no les tiembla el pulso cuando hay que despedir al que hay que despedir.

¿Cómo ser un directivo «cercano»?  Pues poniendo en práctica todo lo expuesto en los párrafos anteriores. En definitiva, tratando a las personas como personas. Importándote cada una de ellas. Valorándolas. Juan Pablo II, además de un gran santo que será beatificado el próximo primero de mayo, en cuanto hombre de gobierno es un ejemplo de gobernante «cercano». Hasta la semana que viene y muchas gracias por el apoyo que estais dando al blog.

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