Mi padre fue durante más de cuarenta años profesor de enseñanza media. Durante 21 de ellos fue el director, primero de un instituto y posteriormente de un colegio. Siempre le oí comentar que cuando en alguna reunión le indicaban donde estaba la presidencia, él contestaba presidencia está donde estoy yo. No necesitaba de lugares privilegiados ni insignias ni distintivos que indicaran que él era el que mandaba.
¿A qué viene esto? Pues que hay personas que sí los necesitan para que se vea que son importantes. Recuerdo un profesor del IESE que un día me dijo “hay quien tiene una estrella de tres puntas y le saca brillo, y la muestran”
Cuando uno depende de la valoración que los demás hacen de él mal va. Va a frustrarse. Uno tiene que centrarse en ser buena persona, buen profesional buen padre o madre de sus hijos, buen compañero de trabajo. Gran falta de autoestima si uno necesita el aprobado de los demás. Pero, en fin, esto es muy frecuente. Feliz semana santa y hasta el jueves que viene.
