Comento esta semana la tercera dimensión que determina la calidad de una organización: la unidad. La unidad de una organización es el grado de identificación de sus miembros con los objetivos de la organización. Identificación que se produce no por lo que en esa empresa cobran ni por lo que en esa empresa pueden aprender, sino por la utilidad del trabajo que uno realiza allí. Pues bastaría encontrar una empresa donde uno cobrara más o pudiera aprender más para que desapareciera esa identificación. La identificación se produce porque el trabajo que uno realiza allí es útil y es valorado, y por tanto merece la pena hacerlo.
La unidad se genera cuando uno percibe que lo que él hace es importante. Si mi trabajo importa poco a mi jefe pondré en él poco entusiasmo. Solo cuando un directivo valora el trabajo de su gente está en condiciones de que haya unidad en su organización. Todo trabajo es valioso, no importa cuan humilde sea y cuánto reconocimiento social tenga. Si un trabajo no fuera valioso habría que suprimirlo y sustituir esa actividad por otra útil. Cómo se valoran a las personas en una organización es lo que determina el que pueda haber unidad en esa organización. Es imposible que haya unidad en una empresa en la que se engaña a los clientes o que no se respeta a los empleados.
Todo directivo debe reconocer que su gente tiene unos objetivos personales. Si consigue que los objetivos de la empresa estén entre esos objetivos personales, esa empresa tiene mucho ganado. Este directivo sólo puede posibilitarlo, porque la gente se identifica con lo que le da la gana. Pero si sabe poner unos objetivos que merezcan la pena, que entusiasmen, que satisfagan una necesidad real, entonces lo estará poniendo muy fácil para que su gente se identifique con la empresa. Así salen las Mercadona, Southwest Airlines, etc. Si lo que en una empresa se valora son los beneficios por encima de todo, la gente se identificará con la empresa en la medida que su bolsillo participe de esos beneficios. Pero eso no es unidad.
Conclusión: valora el trabajo de tu gente. Verás los extraordinarios resultados. Este suele ser el remedio de muchos males de las empresas. La semana que viene hablaré de un tema que me apasiona (salvo que surja alguna noticia que comentar).
