Echando una mirada atrás en lo que llevamos de siglo vemos un conjunto de cosas a las que ya nos hemos acostumbrado. Comenzamos el siglo haciendo aparición el terrorismo islámico, que aunque ahora no sea protagonista está impactando en nuestras vidas. Pensemos en las medidas de seguridad en aeropuertos y estaciones de trenes. Después una crisis económica como nunca recordábamos anteriormente por su duración e intensidad. Cuando a trancas y barrancas nos reponíamos de ella vino una crisis sanitaria que nos paralizó una buena temporada, y cuyas consecuencias, aunque disipadas, permanecen. Profusión de guerras que ya suponíamos superadas.
Y todo esto después de que en los últimos 20 años del siglo pasado todo parecía optimismo y futuro esperanzador. Se había acabado la guerra fría, surgió internet, consolidación de Europa y del euro. Cuando todo rezumaba optimismo nos han surgido problemas inesperados: terrorismo, economía, salud, geopolítica… Además, todo se está acelerando, todo va más deprisa, y lo que pasa en un sitio se traslada rápidamente a todas partes. Las distancias y los tiempos se han acortado.
Todo esto me lleva a dos consecuencias, la primera que el futuro nos puede traer sorpresas, cosas que ahora no imaginamos, tanto buenas como malas. El apagón que sufrimos en la península Ibérica el pasado 28 de abril pudo ser un anuncio. Los ciberataques están a la orden del día, quizá un día llegue uno paralizante. Lo segundo, veo a Europa cansada, esclerotizada. Perdiendo dinamismo frente a Estados Unidos y a China. Parece que el futuro nos lo van a configurar otro. La crisis demográfica, no nacen niños en Europa, es una manifestación de este cansancio y será la causa principal de nuestro declive. Estamos a tiempo de reconducir nuestro futuro, pero primero tenemos que saber diagnosticar bien nuestra situación y acertar con los remedios adecuados, y esto no es fácil, o al menos no parece que vayamos camino de hacerlo. Hasta el jueves que viene que espero que me salga un post más optimista.
Miguel Angel Ariño es Catedrático de IESE Business School y conferenciante, experto internacional en toma de decisiones, estrategia y liderazgo. Con más de 35 años de experiencia global, ayuda a Consejos de Administración y a la alta dirección a transformar la complejidad en claridad estratégica, impulsando un crecimiento sostenible y ético.
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Europa no está esclerotizada, sino que desperdicia su energía y pegada en estupideces. Ejmeplo: regulación infinita para realizar negocios, inmigración descontrolada que provoca problemas sociales de convivencia y trabajo, desperdicio infinito en colectivos muy minoritarios…
Se trata de poner el foco en lo importante, en lo que conviene a la mayoría de la sociedad, en incrementar la riqueza y la potencialidad.
Gracias anónimo por tu comentario. Al decir esclerotizada me refiero a falta de empuje para abordar los problemas que tenemos en cima. Y primero a reconocerlos.
Gracias por tu comentario y saludos,
MIguel Angel
En mi opinión, Europa es la respuesta porque, aunque no parezca, tiene mucho potencial. Lo que hay que hacer es materializar esa potencialidad en innovación. La innovación es la clave. De la innovación salen las tecnologías que darán productividad y rentabilidad a las empresas y, por tanto, a los países. En Europa tenemos mucha potencia pero con el motor medio-apagado. Se malgasta en muchas cosas. Si se dedicásemos recursos económicos y de conocimiento a la innovación seríamos imparables. Esta potencialidad la ven en Estados Unidos y la ven en China (interesados en relegar a Europa a la segunda fila). Somos los europeos los que no creemos en nuestro potencial y por eso estamos paralizados. Necesitamos líderes que enciendan los motores y nos pongan en la dirección correcta. Si lo hacen, no habrá quien pueda con Europa. Esos líderes están en todas las organizaciones y todos los niveles: universidades, empresas, gobiernos…Cada uno de nosotros, a la medida de nuestro alcance, todos tenemos que encender nuestro pequeño motor.
Por supuesto Esperanza que Europa tiene potencial. Y potencial para liderar el mundo. Tiene raíces profundas y una gran riqueza cultural. Tenemos capacidad para abordar los retos por complejos que sean. Pero parece que está aletargada con objetivos a cortísimo plazo. Pero como dices, Europa es un motor muy potente que va a medio gas.
Gracias por tu comentario Esperanza. Hasta pronto,
Miguel Angel
Hemos conseguido seguridad pero no hemos (aún) podido sustituir inspiración por miedo para trabajar y desarrollar una carera
Estoy reflexionando mucho sobre esta cita
“Finally, never forget the motivational aspects of optimistic leadership. Realistic optimism is proven to deliver better results. Many years ago, the MD of a major bank said to me ‘My job is to inspire, support and communicate. I know a fish always rots from its head’.”
En Europa somos cracks en liderazgo “pragmático” – pero esto no inspira…
(Pero eligió vivir aquí en Europa… y me encanta vivir aquí)
Muchas gracias Conor por tu comentario. Nos falta confianza en el futuro y fuerza para abordar retos. ES el optimismo del que hablas.
Gracias por tu comentario y saludos,
Miguel Angel
Hola
A Europa se le puede aplicar aquel viejo lema de la España dictatorial: «Una Grande y Libre», en el sentido de que no es Una, aunque si es Grande y tampoco es Libre. No es Una ni es Libre por estar «sujeta» a los diversos Estados que la componen. O se reforma su «Estatuto jurídico político» o sus alas son realmente cortas. Eso si, en comparación con Otros y, ya se sabe, avanzar o no suele ser cuestión de la explotación de tus propias ventajas comparativas
Saludos
Gracias anónimo. Efectivamenet tenemos procesos muy complejos y tardamos mucho en ponernos de acuerdo en algo. Hay muchas fuerzas de rozamiento.
Gracias por tu participación y saludos,
Miguel Angel
Querido Miguel Ángel, en tu generosidad habitual, evitas señalar a aquellos que son los responsables de muchos de los problemas que mencionas. Se diría que muchas de esas circunstancias fuesen consecuencia de fuerzas superiores o el destino. Bien sabes y sabemos que son consecuencias de las malas ideas y peores decisiones de aquellos que detentan (DETENTAN) el poder sobre nuestras vidas. Ya es hora de empezar a señalar abiertamente y sin pudor a los que se arrogan el derecho de dictar sobre nuestras vidas, nuestra libertad y nuestra propiedad. Desde la fallida planificación ultra-reguladora europea, hasta la aberrante gestión de la pandemia, todo son ejemplos de fatal arrogancia (como la denominaba Hayek) e inmoral ingerencia en las vidas ajenas.
Hay un sistema mejor en el que estado coercitivo no existe, y es reemplazado por una sociedad libre en el que la propiedad es verdaderamente privada, en su forma individual y colectiva, las relaciones y asociaciones son voluntarias, y los individuos pueden ser libres siendo responsables.
Muchas gracias Carlos por darnos tu opinión, y por hablar de mi generosidad. Efectivamente además de otras posibles razones, las que tú apuntas son razones importantes de esta «decadencia».
Me alegra mucho encontrarte comentando el blog. Un fuerte abrazo y feliz navidad,
Miguel Angel
Hace 1500 años Europa ya tuvo un declive similar con la caída del Imperio Romano. Sus causas fueron una combinación de diversos factores: inestabilidad política, crisis económicas, corrupción general, invasiones exteriores, relajamiento moral,… En realidad es asombroso comprobar como la historia se repite con tanta exactitud. ¿Hay remedios para poder evitarlo? Quizás, pero me parece que el actual nivel de incompetencia alcanzado (el popularizado por el Principio de Peter) es tan absoluto, que hemos nos quedado definitivamente estancados sin posibilidad de ningún cambio. Somos adictos a lo que nos destruye. Creo que más bien soy pesimista… Saludos, Xavier.
Gracias Xavier por tu comentario. Haces una comparación algo leonina, lo actual con lo de hace 1500 años. Hace falta que pasen 500 años parasaber si es una comparación válida, pero entiendo lo que quieres decir.
Quizá las cosas aun tengan remedio, lo que está pasandoen coyuntural de unas cuantas décadas, pero podemos ir a mejor( aunque también a peor).
Gracias por tu participación y saludos,
Miguel Angel