Hacer muy bien lo que no hay que hacer

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Hay personas muy satisfechas con su trabajo. Lo saben hacer muy bien y lo hacen muy bien. Eso les afianza en que lo que están haciendo es lo que hay que hacer. Se sienten muy satisfechas. ¿Para qué cambiar? Se preguntan. Si algo funciona, no lo toques.

Y resulta que las cosas alrededor cambian, y lo que antes era muy útil y necesario ahora lo es menos. Pero como lo que hacen lo siguen haciendo muy bien, continúan. Hasta que llega el momento en que la situación ya no se sostiene. Lo que hacen, que lo siguen haciendo muy bien, ya no sirve para nada.

Es la tiranía del éxito. Es por esto que hay que estar continuamente vigilante y preguntarse si lo que uno está haciendo sigue teniendo sentido el hacerlo, por muy bien que lo sepamos hacer y por muchos éxitos pasado que nos haya reportado. Me contaron de uno que sorprendido decía, “pero que se me está moviendo el suelo”. Lo que siempre había funcionado, para su sorpresa, había dejado de funcionar. Seguimos haciendo muy bien lo que ya no hay que hacer.

Hay que estar vigilante ante los cambios del entorno, para que no nos pillen embriagados de éxito. Hay que adaptarse al entorno, y si a uno le es posible, intentar cambiar el entorno. Ser protagonista de los cambios. Hasta el jueves que viene.

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Miguel Angel Ariño es Catedrático de IESE Business School y conferenciante, experto internacional en toma de decisiones, estrategia y liderazgo. Con más de 35 años de experiencia global, ayuda a Consejos de Administración y a la alta dirección a transformar la complejidad en claridad estratégica, impulsando un crecimiento sostenible y ético.

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