Este verano estoy reflexionando —y estudiando— cómo la inteligencia artificial está transformando la toma de decisiones en todos los niveles: desde lo personal hasta lo empresarial.
En esta entrada comparto tres modos en que la IA ya está influyendo en nuestras decisiones.
Este es solo el comienzo de un campo que abre enormes posibilidades y retos. En los próximos meses quiero profundizar en ello. Feliz verano.
En mi nuevo post en el blog hablo de uno de los grandes problemas sociales de nuestro país: el acceso a la vivienda. Precios disparados. Legislación poco eficaz. Jóvenes y familias, fuera del mercado. No soy experto, pero sí observador. Y los datos son contundentes: en Madrid, el m² ha subido un 85% desde 2015. tenemos un problema grave.
En el mensaje de esta semana hablo de los prejuicios, que no son opiniones informadas, sino atajos mentales que tomamos sin contrastar. El problema no es solo que estén equivocados, sino que condicionan nuestras decisiones y nos alejan de los demás.
A menudo, al tomar una decisión hacemos lo primero que se nos ocurre y seguimos adelante. Pero es posible que haya alternativas mejores. Podemos plantearnos ¿Y si ese plan no fuera posible? ¿Qué alternativas surgirían?
A veces, un pequeño cambio de perspectiva abre mejores opciones.
De esto hablo en la nueva entrada en el blog
En el post de esta semana hablo sobre tomar decisiones basándonos en opiniones de gente que no sabe del tema en lugar de utilizar el conocimiento experto.
Para tomar buenas decisiones, no basta con preguntar, hay que saber a quién preguntar.
Pedir consejo es una muestra de inteligencia, no de debilidad. Pero elegir mal al consejero puede llevarnos al error. La prudencia exige contrastar nuestras ideas con personas competentes y que nos aprecien. Solo así encontramos razones para reafirmarnos o cambiar de opinión.
En el mensaje de esta semana hablo de que el siglo XXI nos ha sorprendido con crisis encadenadas: terrorismo, crisis económicas, pandemias, guerras y una Europa cansada. El futuro traerá sorpresas. Necesitamos un diagnóstico realista y capacidad de decisión para reorientar el rumbo de Europa.
En el mensaje de esta semana hablo de que las personas maduras no imponen sus certezas. Saben distinguir entre opiniones y verdades objetivas, y aun así expone con humildad. La rotundidad genera distancia; la apertura, confianza. La forma en que afirmamos nuestras ideas dice muestra cómo somos nosotros.
En el mensaje de esta semana muestro cómo la calidad de una decisión no se puede juzgar en función de si su resultado me afecta positiva o negativamente. La calidad de una decisión viene dada en función de si el proceso que se ha seguido es adecuado o defectuoso.
En el mensaje de esta semana hablo de las estrategias de adaptación oportunista. Son estrategias que sacrifican el largo plazo en beneficio de logros a corto plazo.