Aprender de los sabios

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Una de las ventajas de trabaja en el IESE es que de vez en cuando tienes conversaciones con colegas que son tremendamente formativas. A la vuelta del verano hablando con uno de ellos de diversas cosas me dijo: “Ni los incentivos son un buen sustitutivo del «good management» ni la transparencia es un buen sustitutivo de la confianza”

Sobre lo perniciosos que son los incentivos en una organización ya he hablado en muchas otras ocasiones. Hacen a las personas olvidarse de hacer un buen trabajo y centrarse en conseguir los objetivos asociados al incentivo.

Por otro lado, cuando en una organización se exige transparencia, y está muy bien la transparencia, es que falla la confianza. Si hay confianza en las personas te fías de ellas y no hace falta la transparencia. Pero para ello tienes que ser una persona confiable. Si se te exige transparencia es porque no se fían de ti.

Independientemente de lo anterior, la transparencia, siempre es buena. Indica que no hay nada que ocultar. No hay modo más eficaz de que una noticia se propague que el intentar ocultarla.

Lo dicho anteriormente sobre la bondad de la transparencia no indica que todo el mundo tenga que saberlo todo. Hay que ser transparente con aquellos que tengan derecho a saber algo. Saludos y hasta el próximo jueves.

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Miguel Angel Ariño es Catedrático de IESE Business School y conferenciante, experto internacional en toma de decisiones, estrategia y liderazgo. Con más de 35 años de experiencia global, ayuda a Consejos de Administración y a la alta dirección a transformar la complejidad en claridad estratégica, impulsando un crecimiento sostenible y ético.

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8 COMENTARIOS

  1. Hola Sr Miguel Ángel Me atrevo a escribirle porque le leo a menudo desde mi etapa en la gestión. Me gustaría si me puede orientar cuando hay personas que por intentar hacer las cosas bien Atribuyen la bondad de la accion a ser buenista. Para mi tiene un transfondo de que sienten interrogada su conciencia. Gracias Sandra Ferrer

    Enviado desde mi iPhone

    • Sandra, hay que centrarse en hacer las cosas bien. Si uno intenta hacerlas bien y le tildan de «buenista», el problema lo tienen aquellos que así lo juzgan. El buenismo es manipulación, y como hay quien no soporta que los demás actúen bien, empiezan a sembrar dudas sobre sus intenciones. Pero eso es para tranquilizar las conciencias de los que no actúan correctamente. El bien genera envidias, así que tranquilidad. El problema es de los demás.
      Gracias y saludos,
      Miguel Angel

  2. Muy AGRADECIDO estimado Profesor por esta IMPECABLE REFLEXIÓN!!! Sencillamente es E X C E L E N T E !!! Sus ideas deberían colocarla como parte constitutiva de toda «DECLARACIÓN de PRINCIPIOS» para cualquier Empresa Pública o Privada… #Chapeau Monsieur le Professeur!!!

  3. Buenos días querido amigo.¿ Puedes profundizar sobre la confianza? Creo que nos harás bien a muchos que andamos algo confusos con la cuestión. Un cordial abrazo. Paco Gay

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