Esto es lo que me comentó un antiguo alumno mío, si quieres conocer a alguien dale poder. Resulta que trabajaba con un equipo de personas en la que había varios que tenían el mismo nivel jerárquico en la compañía. Según me decía este antiguo alumno se llevaban bastante bien todos ellos, hasta que…. a uno de ellos de nombraron jefe de los demás, y este nuevo jefe empezó a tratar despóticamente a los demás. Le habían dado poder y se creyó con el derecho de hacer lo que le daba la gana sin dar cuentas y sin pensar cómo su actitud efectaba a los de su equipo.
Es un buen modo de conocer a la gente. Ver cómo se comportan cuando se les da poder. Es en ese momento cuando se muestran como son.
Es clásica la distinción entre poder y autoridad. El poder es la capacidad que uno tiene en conseguir que los demás hagan lo que uno quiere, por la capacidad que uno tiene de premiar o castigar a los demás. Autoridad es la capacidad que uno tiene de que los demás hagan lo que uno quiere por la confianza que estos tienen en que lo que mandas vale la pena hacerlo. El poder lo tiene uno, la autoridad te la conceden los demás porque te la has ganado ante ellos.
El poder es necesario mientras un jefe se gana la confianza de los demás y estos le reconocen su autoridad. Esto lleva tiempo y mientras se consigue, es necesario el poder para que la organización sea eficaz, consiga sus objetivos. Es el uso instrumental del poder. Una característica del buen uso del poder es que llega un momento en que deja de ser necesario. Uno se ha ganado la autoridad y ya no le hacen falta disponer de premios ni castigos. La gente hace lo que se le pide porque confía en el jefe.
Hay una segunda razón para tener poder, y es el uso defensivo del poder. Si lo tienes tú no lo tiene otro que quizá pueda ser un déspota. Estas últimas consideraciones las aprendí del profesor del IESE Juan Antonio Pérez López. Mientras tanto, si quieres conocer a alguien dale poder. Hasta el jueves que viene.
Miguel Angel Ariño es Catedrático de IESE Business School y conferenciante, experto internacional en toma de decisiones, estrategia y liderazgo. Con más de 35 años de experiencia global, ayuda a Consejos de Administración y a la alta dirección a transformar la complejidad en claridad estratégica, impulsando un crecimiento sostenible y ético.
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EXCELENTE reflexión Profesor!!! En mi entorno tenemos una máxima que expresa muy bien, pero en jerga coloquial, el artículo: «Si quieres ver el estiércol volando, dale MANDO»!
Muchas gracias iPolitikon por tu participación.
Saludos,
Miguel Angel
《《El poder es necesario mientras un jefe se gana la confianza de los demás y estos le reconocen su autoridad. Esto lleva tiempo y mientras se consigue, es necesario el poder para que la organización sea eficaz, consiga sus objetivos.》》
Es muy interesante esta reflexión. Hay quien piensa que se puede construir autoridad sin ayuda de poder previo. Pero existen organizaciones en las que, en ausencia de poder, se originan rivalidades políticas que buscan «tumbar» a los que han logrado puestos de responsabilidad, en una batalla por esos puestos. Así, los palos en la rueda que podrían evitarse con el uso del poder, se transforman en elementos que destruyen a la organización desde dentro…
El liderazgo con autoridad siempre requiere el respaldo del poder pues siempre existirán elementos disidentes a los que no se podrá convencer de manera constructiva.
Un abrazo, Miguel Angel!
Carlos Terre
Muchas gracias Carlos, efectivamente, tambien apunto en el mensaje el uso defensivo del poder, si lo tengo yo no lo tiene otros.
Saludos, y habiendo firmado el comentario no hacen falta más aclaraciones.
Un abrazo,
Miguel Angel
(Mi comentario salió como anónimo… así que dejo este para firmarlo!)
Y dale! Jajaja… a ver si ahora sí!!!
Como dice el refranero «Si quieres saber como es Pepito… dale un carguito»
Muchas gracias Anónimo. No conocía el dicho.
Saludos quienquiera que seas,
Miguel Angel
Dale un pisotón. Observa sus reacciones verbales y no verbales. Sera un niño, un emocional o un racional.
Gracias Anónimo. Saludos,
Miguel Angel