Juan Antonio Pérez López, profesor del IESE de la primera época, fallecido hace casi 30 años y cuyas ideas impregnan buena parte de lo que enseñamos en el IESE solía hablar de las estrategias de adaptación inoportuna. Para poder explicar este concepto necesito una introducción previa.
Toda empresa tiene, o debe tener, un propósito, una razón de ser, y esta se puede expresar con qué necesidades de clientes la empresa pretende satisfacer con el producto o servicio que ofrece. El propósito de una empresa debe será algo a muy largo plazo, algo que siempre estará presente en la empresa. Fijada esta razón de ser, la empresa intenta cumplir su propósito a través de una estrategia. La estrategia, que ya abarca un plazo de los próximos 3 o 5 años, determina cómo va a intentar a avanzar en el cumplimiento de su propósito. Y esta estrategia se despliega con las decisiones que se toman en la empresa. Unas de mayor calado, decisiones estratégicas, y otras, las decisiones operativas, más del día a día.
Pues bien, las estrategias de adaptación oportunista son esas cosas que hace una empresa con las que consigue un beneficio a corto plazo, pero que la apartan de su razón de ser. Que van en contra de su misión. Un equipo directivo está muy contento porque ha conseguido un beneficio con algo que ha hecho, pero que desnaturaliza de empresa. Se sacrifica el largo plazo en beneficio de logros a corto plazo.
Estas cosas pueden ser una venta muy beneficiosa, pero de algo que no es lo mejor para el cliente o cualquier tipo de injusticia en beneficio de la empresa. El problema de estas estrategias es que van minando poco a poco la empresa. Los empleados, que son el alma de una empresa, empiezan a desilusionarse con lo que allí se hace. Su empresa va perdiendo su razón de ser y queda sin orientación, que es el primer paso hacia la mediocridad.
Las estrategias de las empresas han de estar alineadas con su propósito y las decisiones que se tomen en la empresa han de estar alineadas con su estrategia. Así todo queda alineado. Esto parece muy fácil escrito en un post de un blog, pero es algo difícil de llevar a cabo por las presiones del corto plazo. Hasta el jueves que viene.
Miguel Angel Ariño es Catedrático de IESE Business School y conferenciante, experto internacional en toma de decisiones, estrategia y liderazgo. Con más de 35 años de experiencia global, ayuda a Consejos de Administración y a la alta dirección a transformar la complejidad en claridad estratégica, impulsando un crecimiento sostenible y ético.
¿Buscas elevar la mirada estratégica de tu equipo? Si deseas una intervención que genere un impacto duradero, explora mis conferencias y talleres de alto impacto o conversemos directamente sobre cómo podemos colaborar.
¿Te interesa agendar una de mis conferencias magistrales?: https://miguelarino.com/oferta-de-conferencias
Descubre más desde Toma de Decisiones Miguel A. Ariño
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Gracias MA,
El propósito/misión de la empresa debería ser lo más importante y se tendría que manifestar en toda la organización: su estructura, el perfil de los equipos, los criterios en la toma de decisiones, los criterios de selección de personal, los negocios en los que están/no están, los KPIs, el tipo de recursos que usan/no usan, el tipo de cliente al que sirven/no sirven, etc…Al mismo tiempo, los profesionales que eligen una empresa en la que trabajar deberían fijarse en si sus valores-metas encajan con el propósito de la empresa. La realidad es muy distinta pero es importante que las personas de referencia marquéis el camino correcto. Gracias
Totalmente de acuerdo Esperanza. Has hecho un recuento exhaustivo de las situaciones en las que ha de estar presente el propósito de la empresa. Se ve que has pensado mucho sobre el tema. Me permito tomar las ideas que pones en este comentario y emplearlas en un post que prepararé proximamente. Son muy interesantes.
Saludos y muchas garcias por tus sugerencias,
Miguel Angel
Diré lo que pasa en el sector de gran consumo (alimentos, bebidas, higiene) que es donde me muevo. Actualmente la gran mayoría de los fabricantes, sean de empresas familiares hasta multinacionales, todas se enfocan en el inmediato plazo para obtener el máximo beneficio. Esto lo consiguen con tres medidas: aumentar precios, disminuir la cantidad y abaratar ingredientes. Las dos primeras son identificables y lícitas, pero la última es algo deshonesta. Pues aprovechándose del prestigio de marca alcanzado durante años de esfuerzo, ahora resulta que prefieren venderte gato por liebre. Y la picaresca está servida con: ingredientes dudosos o nocivos, componentes de relleno, fabricación en china y similares, habilitación de fabricarlo terceros para suprimir costes e inversión, importaciones paralelas de países necesitados, … etc. No puedo citar ningún producto para evitar dañar a nadie, pero en mis tareas de compras ahora me las compongo para encontrar productos decentes. Resumiendo: está obsesión por el beneficio rápido e inmediato (estrategias de adaptación oportunista como dice el profesor), acaba deteriorando la mayoría de productos. Saludos, Xavier
Testimonio de muy primera mano el tuyo Xavier. Estas estrategias de adaptación oportunista que nos comentas en tu sector hace que poco a poco buenas empresas s vayan aproximando a la mediocridad, y les pasa lo que a la rana en la oya que se va calentando poco a poco, llega un momento que todo se tuerce. Muchas gracias por tu comentario y saludos,
Miguel Angel