Se dice que el mundo ahora es más complejo que hace unas décadas. Yo estoy totalmente de acuerdo con esta afirmación. Todo está más interconectado, lo que sucede en cualquier parte del mundo nos afecta a todos. Hay mas variables a tener en cuenta a la hora de tomar decisiones. Hace décadas todo estaba más cercano y era más controlable.
Cierto que, con la pandemia, las interrupciones en la cadena de suministros, etc., se está desacelerando la globalización e incluso se hace todo algo más local. Pero este proceso de reversión no hace sino complicar más las cosas.
Pero también es cierto que con la complejidad vienen las oportunidades. Si se sabe trabajar dentro de la complejidad, si se sabe simplificar, si se saben encontrar las variables clave dentro del maremágnum de variables, entonces se puede sacar partido a la complejidad.
Hay una complejidad dañina, que es la que procede de complicar innecesariamente las cosas. Y hay otra complejidad que hay que aceptar, que es la complejidad propia de las cosas complejas. La dañina hay que eliminarla. La otra hay que saber gestionarla, y aquí hay una de las diferencias entre el que sabe dirigir y el que no. Contar con gente que tiene experiencia dentro de la empresa es un activo muy importante para saber navegar en medio de la complejidad. Ánimo y abordar la complejidad. Hasta el jueves que viene.