Hay un error muy común en la toma de decisiones que es el confundir los deseos con la realidad. Cuando uno hace un plan, solo se suele contemplar lo bien que va a salir y no se contempla que pueda fracasar.
Lo digo por dos titulares que aparecieron el pasado domingo en la portada de La Vanguardia, el periódico de más solera de Cataluña. Uno hace referencia al anuncio que hizo el presidente del gobierno unos días antes de que a partir de no sé que mes y durante un periodo de tiempo, los billetes de los trenes de cercanías serían gratis. En seguida pensé en lo que está pasando en las autopistas catalanas en las que hace unos meses se dejó de cobrar peaje: colapso en varias de ellas. Hay voces que están diciendo que vuelvan los peajes para evitar las inmensas colas que se están formando.
Cuando oí el anuncio de los billetes de trenes de cercanías gratis, pensé “colapso en esos trenes”·. El titular del periódico citaba unas declaraciones de la ministro de transporte: “El sistema absorberá el aumento de la demanda”. Esto me suena más a un deseo que a un análisis serio de lo que va a pasar.
El segundo titular decía “La unión de Madrid y Barcelona superaría a Silicon Valley. Si ambas ciudades colaboraran serían el cuarto polo mundial de atracción de talento en investigación y tecnología…” Si esto lo hubiera dicho un organismo independiente no sería sospechoso, pero está afirmación procedía de un estudio hecho en una institución con sede en Barcelona. Sospechoso otra vez.
Ha sucedido también con la inflación. Durante meses se nos ha estado diciendo que era una cosa puntual en el tiempo. Eso era lo que deseaban los gobernantes, pero al final la realidad es testaruda y no atiende a nuestros deseos. No nos obedece.
Esto es como cuando se habla de los consejeros independientes de los consejos de administración ¿Cómo se puede ser independiente si te paga el que te ha nombrado consejero? O de la colegialidad en los órganos de gobierno cuando el que elige a sus miembros es el jefe. Se confunden los deseos con la realidad. Hasta el jueves que viene.
Muy buena perspectiva!
Hace unos años estaba en Portaventura con mi hija. Me dijo “sería guay si estuviera gratis!” Como teníamos una hora de cola por delante, di mi mejor respuesta de supply/demand y la función del precio en un mercado… tras media hora más de cola casi decidimos que era demasiado barato el precio.
Muy buen ejemplo Conor, que ilustra perfectamente lo que se dice en el blog.
Saludos y gracias,
Miguel Angel
Parece que el populismo no es único a los Trumpistas de estados unidos o los muchos otros grupos en el mundo donde la ideología supera la razon. O aun peor, donde la razon toma segundo plano a lo superfluo de una gratificación inmediata que solo esconde lo que no se puede arreglar, sea económico o social. Cuando empecé a tocar la guitarra clásica, mi maestro me hacia practicar duramente arpegios y otros ejercicios de manos y dedos. Yo me desesperaba, yo quería tocar bien desde el día uno. Asi que fuera de las lecciones buscaba como aprender una melodía rápida sin técnica, sin teoría, pero que sonara bien. Y me aprendí “La Malaguena” en tablatura simple. El día siguiente le mostré a mi maestro lo hábil que era. A lo que el sin mucho esfuerzo me dijo “Que fácil es impresionar a los que no saben” – Esa frase se me quedo en la cabeza y nunca pence que anos después seria un concepto importante en entender economía y human behavior. (Hoy decidí escribir en castellano, perdonen los typos y el espanglish pero es un buen comienzo, lo quiero hacer mas, iremos mejorando) Nota: Seria genial un lecture Miguel y Conor – A ver si lo traen a New York. Abrazos.
Efectivamente Erick, qué fácil es impresionar a los que no saben.
Yo encantado de volver a ir a NY cuando tenga la ocasión Erick. Por cierto tu castellano es excelente.
Un abrazo,
Miguel Angel
El refranero castellano tiene un refán que te da toda la razón: “disparar con la pólvora del Rey”. Está claro que cuando utilizas lo que no es de tu bolsillo haces/gastas sin mirar ni el dinero ni las consecuencias. Gracias por el post. Totalmente de acuerdo.
Muy bueno Juan Carlos el refrán, que no conocía.
Gracias por participar y saludos,
Miguel Angel