Feminismo

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Las reflexiones de esta semana se me han ocurrido tras leer un comentario de una conocida en las redes sociales. Recuerdo un anuncio de los años 70’s de la lavadora Super Ser. Una desaparecida marca de una empresa fabricante de electrodomésticos. La gente de mi edad quizá se acuerde. Aparecía una mujer lloriqueando y su marido diciéndole “No me llores, no me llores. Te compraré la Super Ser” y a continuación se veía a la mujer saltando de alegría.

Ese anuncio sería ahora impensable. Menuda manifestación de machismo. Lo que me sorprende es que en pleno siglo XXI haya manifestaciones más burdas y alentadas precisamente por algunas mujeres, y que no se ponga el grito en el cielo. Me refiero a la vestimenta, o no vestimenta, de algunas presentadoras de las galas de fin de año de diversas televisiones españolas. La mujer se expone y desde días antes el macho está a la expectativa y los medios no paran de hablar de que se superará a lo del año anterior.

Pero ¿no estamos luchando por la igualdad y por la dignidad de la mujer? ¿Cómo es que se acepta semejante manifestación de utilización de la mujer? Menuda esquizofrenia colectiva. Yo desde mi blog protesto. La semana que viene hablaré de lo que entiendo yo por igualdad.

19 COMENTARIOS

  1. Totalmente de acuerdo contigo Miguel Ángel.
    Si se habla de feminismo y machismo, hay que aplicarlo siempre igual.

    Un saludo,
    Paco

  2. En primer lugar desearle Feliz Año, y toda la Salud necesaria para continuarlo.
    Totalmente de acuerdo con usted en este artículo.
    Tengo “una”, (permítase la incorrecta expresión), familiar muy feminista y muy demócrata mientras no se le lleve la contraria, pero al igual que todas es “propietaria de la Ley del Embudo”. Que de este tema no protesta. Pero habría que ver su fuera otra persona distinta a sus ¿¡ideología!?
    Gracias por expresar sus opiniones. aunque esta vez estoy de acuerdo con la suya otras veces no. Le doy las gracias por su enseñanza para saber discutir, para saber dialogar, para establecer debates fructiferos.

  3. Estoy de acuerdo. Y se justifican diciendo que se dedican al “showbusiness” pero nada se dice del vestuario de algunas periodistas, ¿obligadas? a llevar escotes y faldas (más propios de programas de entretenimiento) para presentar un informativo supuestamente serio…

  4. Totalmente de acuerdo, pero qué decir profesor, hay tantos ejemplos de esto mismo y tantas personas/empresas (mujeres y hombres) que ganan dinero con este tipo “shows” y cuando hay dinero de por medio siempre hay personas de moral “flexible” que se apuntan.

    Te deseo un muy feliz año nuevo.

  5. Saludos Prof. Miguel A: Admiro su valentía y atrevimiento para tocar temas “delicados” como el de esta semana. Pero además, como en donde imparte clases gran parte del profesorado y alumnado son mujeres, entonces usted ya es un temerario. Bromas aparte, voy a dar mi opinión del tema. Aquí en España existen media docena de lobbys feministas, que según dicen sus impulsoras sirven para defender y mejorar la situación de las mujeres. Suena bien, es necesario y hasta es justo. Con el tiempo ciertamente han conseguido grandes avances por la merecida igualdad de oportunidades. Unos avances que siempre acabarán beneficiando a todo el conjunto de mujeres. Creo que nadie -que estime su cabeza- puede oponerse a unos logros que afectan a más de la mitad de nuestra población (España 2020: H=23M y M=24M). Ahora bien, creo que cuando surgen comportamientos que menosprecian o degradan a la mujer, estos mismos lobbys feministas deberían mostrar su inmediato y decidido rechazo. Pues al no hacerlo, favorecen dos consecuencias graves: 1) Parece como si “no les importa/confirman” la ofensa, y 2) Esta inmovilidad también acabará perjudicando a todo el conjunto de mujeres. Tomando el mismo ejemplo del profesor de la mujer-presentadora-escaparate, el silencio feminista es cómplice y ratificante a la vez. Un saludo -más que nunca- a tod@s. Xavier D.

  6. […] Como anunciaba la semana pasada, hoy voy a reflexionar sobre la igualdad. La igualdad entre el hombre y la mujer de lo que tanto se habla. Es evidente que la mujer y el hombre son distintos. Por lo que hay que entender bien esto de la igualdad para no decir tonterías. Desde el aspecto físico hasta el modo de ser somos distintos. […]

  7. Una mujer que enseña carne, si es de derechas es una mujer sumisa ante el heteropatriarcado, y si es de izquierdas es una mujer empoderada. Y así todo.

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