Contrariedades

Relacionado

Ministerio de Igualdad

Existe en el gobierno de España un "Ministerio de...

Controladores y fiscalizadores

Hay dos perfiles de personas, no muy frecuentes eso...

Al comenzar el curso

En 1940 España era un país destruido por una...

No hay peor ciego que el que no quiere ver

Hay directivos que cuando la realidad no les gusta...

Orientación al producto u orientación al cliente

La actividad política actual en España da para comentar...

Share

Estamos pasando mucho calor en la península Ibérica. Yo diría que más de lo normal aunque sea verano. Ante las contrariedades lo que hay que intentar siempre es solucionarlas o intentar capearlas del mejor modo posible. Pero resulta que no siempre es posible, y entonces caben dos actitudes. La primera es la de enfadarse y malhumorarse. Esto es una estupidez. No por estar uno enfadado se resuelven los problemas. Todo lo contrario. Si nos enfadamos, además de la contrariedad que sea hay que añadirle lo molesto que es tratar a una persona enfadada. Por tanto, esta es una actitud estúpida.

La actitud inteligente, si no podemos solucionar o paliar nuestra contrariedad, es aceptarla con buen humor. Esto es lo que hay, no podemos hacer nada, pues convivamos con esta situación. Este modo de abordar las situaciones desagradables tiene varias ventajas. Primero que estamos más contentos y segundo que el mismo problema vivido junto a personas que tienen una visión positiva de la vida, el problema es menos problema. Así que optimismo. Intentar solucionar las situaciones que nos contrarían y si no podemos, entonces aceptarlas con visión positiva.

La actitud que adoptemos ante las contrariedades nos clasifica como personas. Somos optimistas y alegres y al mal tiempo ponemos buena cara o somos personas cenizas y malcaradas que no paran de quejarse por la suerte que les ha tocado.

Otra cosa hay que tener en cuenta, y es que no podemos esperar que en nuestra vida todo marche bien, que solo nos ocurran cosas agradables. Si esperamos eso, si intentamos evitar a toda costa todo lo que contraría, nuestra infelicidad está garantizada. Porque no lo vamos a lograr. Siempre habrá algo que nos gustaría que fuera de otra manera. Así que lo mejor es que aceptemos las circunstancias con las que nos toca vivir y que no podemos mejorarlas.

De todo esto ya hablé hace muchos años en un post que titulé “El valor de las dificultades”. Te dejo el enlace por si quieres visitarlo. Y hasta el jueves que viene.

Deja un comentario