En el mensaje de la semana pasada hablé sobre lo las bondades de tener una permanente actitud de ayudar a los demás. No hace mucho tiempo también hablé de ser pacificador y facilitar la vida a los demás. Hoy voy a hablar de la actitud contraria. Hay personas que tienen una actitud vital de destrucción. Lo que hacen y dicen en relación a los demás solo sirve para causar discordia. No están capacitados para captar los beneficios de ser pacificador.
Cuando una acción no aporta nada positivo y genera malestar en otros esa acción sobra. Evidentemente hay acciones que generan malestar a alguna persona pero que son necesarias para evitar un mal peor. Cuando corrijo a un colaborador mío porque ha hecho un trabajo chapucero, evidentemente le causo malestar, pero estoy intentando que sea un mejor profesional.
Pero no, hay personas que son destructivas. Que están habituadas a la crítica que no trae ningún beneficio y que causa malestar a su alrededor. En general son personas enfadadas consigo mismas, enfadadas con el universo y que proyectan sus amarguras fastidiando a los demás. Siembran cizaña, critican innecesariamente. Con estas personas no se respira un ambiente de paz.
Consejo, cuando actúes pregúntate, ¿lo que estoy haciendo es constructivo o es crítica sin más de la que no sale nada positivo? Crítica que lo único que consigue es sembrar cizaña, sin ningún beneficio para nadie. Saludos a todos y hasta el jueves que viene.