Han sido bastantes los amigos que a lo largo de los años me han consultado, a la hora de firmar una hipoteca, qué pensaba yo que era mejor si a tipo fijo o a variable. El fijo era pagar de intereses un porcentaje preestablecido y el variable el pago es un índice de referencia, normalmente el Euribor, más un incremento. La ventaja del variable es, que estando los tipos de interés tan bajos estos años, salía ligeramente mejor que el fijo.
Pero yo siempre he recomendado el fijo ¿Por qué? Pues porque el fijo estaba solo ligeramente por encima del variable, y el variable contenía mucho riesgo, porque podía llegar a subir mucho. Era muy difícil que los tipos de interés se mantuvieran tan bajos como han estado estos últimos años. Si han estado tan bajos ha sido porque había que revitalizar la economía después de la gran recesión del 2008-2023 y después para paliar los efectos de la pandemia. No podían permanecer tan bajos por un periodo demasiado prolongado de tiempo. Tendrían que subir en algún momento, y en ese momento el variable se pondría por encima del fijo, pudiendo llegar a estar muy por encima.
¿Qué pasa ahora? Pues con una inflación del 7,5% antes de que comenzara la guerra de Ucrania, y con unas perspectivas de subidas aún mayores dados los problemas de que está generando la guerra, la escalada de los precios de la energía, las huelgas de transportistas, etc., el Banco Central Europeo va a tener que subir los tipos de interés si quiere controlar la inflación. Y quizá los tenga que subir mucho.
Es ahora cuando todos los que han suscrito hipotecas a tipo variable se van a arrepentir. Veremos hasta donde llega la inflación y hasta donde llegan los tipos. Hay que advertir que, si la subida de tipos se hace lentamente, como creo que se hará, es porque una subida de tipos frena la economía, y tampoco es ahora el momento de empezar a frenarla. Difícil lo tienen los que toman las decisiones sobre los tipos de interés y difícil momento económico el actual. Hasta el jueves que viene.