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Qué duda cabe que cuando uno acude cada día a trabajar ilusionado y entusiasmado con su trabajo, trabaja mejor y es más productivo. Si esto es así cabría esperar que los jefes trataran de entusiasmar a su gente con el trabajo que hacen. Pues resulta que en la mayoría de los casos es todo lo contrario.

Me comentaba por teléfono la semana pasada una lectora del blog cómo su jefe, ante la sorpresa de los demás colegas, la estaba orillando. Por lo que me contaba eso era acoso laboral totalmente denunciable.

Otro ejemplo, una antigua alumna me pedía consejo. Resulta que trabajaba con otra persona asumiendo responsabilidades similares en un área de la empresa. La otra no paraba de hacerle la vida imposible. Indagué un poco y me di cuenta de lo típico, mi antigua alumna era una profesional mucho mejor que su colega. Esto su colega no lo podía tolerar y le hacía la vida imposible. Al jefe de ambas solo le interesaban los resultados y no entraba en el asunto. Total, una mujer que podía estar entusiasmada con su trabajo, estaba amargada y pensando en dejar la empresa. Y eso que lo que hace allí le gusta mucho y es muy competente.

Más ejemplos podría poner, pero creo que ya son suficientes. ¿Porqué los jefes en lugar de entusiasmar a su gente se dedican a ponerles trabas con el consabido detrimento para la marcha de la empresa? Con lo fácil que es entusiasmar a la gente. Los jefes que saben hacerlo construyen empresas muy sólidas. Ánimo jefe, que tienes gente con muchas ganas de hacer un buen trabajo. No los desmotives. Hasta el jueves que viene.

5 COMENTARIOS

  1. Hola Miguel Ángel,

    Yo creo que uno de los problemas que se dan hoy (sobre todo con los más jóvenes), es el exceso de expectativas que se ponen en un trabajo. Se quiere que sea maravilloso, tener impacto, ser reconocido por los demás y que tu jefe te lo reconozca en mejor salario y carrera profesional atractiva. Se idealiza demasiado. Luego está la torta que les da la realidad. Muchas veces no te ayudan tus compañeros (van a lo suyo), no se reconocen las circunstancias cuando hay problemas y en la situación en que estamos las subidas son bastante exiguas.

    Es como los novios que se casan pensando que todo será maravilloso y luego se dan de bruces con la realidad de la rutina, los hijos, los padres mayores, la crisis y el salario que no llega, la incertidumbre laboral, etc.
    Si les ayudásemos a ser más realistas, esa situación mejoraría.
    No toco el caso de los más senior, que es diferente y tiene más que ver con el cinismo y el estar de vuelta de todo (en algunos casos)

    Gracias
    Un saludo
    Paco

  2. Hay “Jefes” por “galones”y por capacidades intelectuales, por cabeza; hay menos que estén equilibrados en la la cabeza y en el “corazón”; esos, esos son los buenos !!; las personas equilibradas que realmente les interese el desarrollo de sus colaboradores por su dignidad, y no porque obtienen de ellos tal o cual rendimiento, siendo piezas para su puzzle; muchos jefes soportan a sus colaboradores porque son un eslabón para sus objetivos, los consideran un medio, y si no me sirve, lo cambio, como una rueda de coche.

    Se ve muy claro; antes que llegar a entusiasmar a un colaborador, éste tiene que palpar que el jefe le aprecia por si mismo y que le interesa su desarrollo y mejora, y luego podrá entusisamarse ….antes que el jefe no te desmoralice.

    Valdría la pena que el “jefe” del “jefe” tenga muy bien valorados a sus “jefes”, para que éstos a su vez puedan ser un buen gestor de personas, y entusiasmer a sus colaboradores, pero es imprescindible estar equilibrado en la cabeza y en el corazón. Quien no de muestras de equilibrio, que no le nombren “jefe”, por favor.

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