En alguna otra ocasión he comentado el contenido de la carta que cada mes envía Status a sus contactos. Status es una consultora que se dedica la la búsqueda y selección de directivos. La carta del mes de septiembre habla de los líderes coherentes, y las ideas que expone me han parecido muy interesantes.
Entre otras cosas afirman que los líderes coherentes tienen principios y valores propios y los ejercitan en todos los ámbitos de su actuación: en la empresa, en la familia, en el descanso, etc. Son sinceros y no se esconden. Son dialogantes. Son receptivos y no desprecian la opinión de los demás. No discuten para vencer. Dialogan para convencer.
Disfrutan con el éxito de otras personas en la empresa. Hacen lo posible porque los demás triunfen. No compiten, colaboran. Y me dejo muchas más características que Status propone, que quizá comente en otro mensaje. En definitiva son personas que piensan en los demás y que no están centradas en sí mismos. Con este tipo de personas se está muy a gusto y uno sabe que puede contar con ellos cuando sea necesario. Con personas así ir a trabajar cada día se hace muy atractivo.
Muchas veces los profesionales están centrados en alcanzar metas, hacer cosas. Quizá uno pueda plantearse como objetivo el ser mejor profesional y mejor persona. Esto no es un planteamiento general, sino que se logra esforzándose uno poco a poco en las dimensiones que apunto en los párrafos anteriores y en muchos otros mensajes del blog. Objetivo: ser mejor profesional y mejor persona. Hasta el jueves que viene.
Estoy de acuerdo en lo que subyace en lo de lider coherente pero me cuesta dar un salto a que el objetivo sea ser mejor profesional y mejor persona. Entiendo que son la misma cosa, el mismo concepto. No puedo ser una cosa sin la otra. Un ejemplo claro: no se puede ser buen juez y mala persona. Si eres mala persona es que no se puede ser buen juez. Sería posible que te aprovechases de tu posición de juez para realizar fechorias. Es contradictorio, ¿no?. Incluso me cuesta disociar ser un buen técnico, en cualquier disciplina, y al mismo tiempo ser una mala persona. A nadie le gustaría que le atendiera alguen que fuera un maltrador o maltradora de menores, ¿no?
Totalmente de acuerdo Juan Carlos, ambas cosas se implican una a la otra.
Saludos,
Miguel Angel
Totalmente de acuerdo. Debemos líderes coherentes que apliquen la sensatez en el trato diario con las personas. Ser un lider coherente no es tarea fácil. De hecho no es un aspecto común dentro del liderazgo directivo en los tiempos que corren.
Miguel, gracias por el contenido del blog.
Gracias José Manuel. Efectivamente la coherencia es difícil de mantener. Cuando no nos cuesta nada todos somos coherentes, pero cuando en aras a las coherencia tenemos que sacrificar algo, entonces…. Es ahí donde se detectan a las personas que valen. Gracias por participar,
Miguel Angel
Has dado en el clavo, Miguel Angel….. como siempre
Qué pena lo poquísimos que hay……. ¿Porqué? porque todos vamos a lo fácil, a lo cómodo, a sentirnos amenazados por ” los buenos” del equipo, los “chupopteros”, los “pelotas”, los jefes “caudillo”……
A veces ser directivo coherente y defender lo mejor para la organización te cuesta la cabeza…. ó la silla
Gracias uffff, pero ¿quien eres? a lo que dices constesto lo mismo que he contestado a José Manuel más arriba.
Saludos,
Miguel Angel
Genial artículo !
Gracias mil y muy buen fin de semana!
Gracias Mercè, pero ¿Quien eres?
Saludos,
Miguel Angel
A mi no me parece que sea difícil ser un directivo coherente, es planteárselo y poner manos a la obra. Pensar en los demás, debería ser normal, no podemos ser egoístas, el egoísmo no nos deja avanzar.
¿Y te parece poco todo eso Josep? no es tan fácil, pero s se consigue entonces…. enhorabuena.
Gracias,
Miguel ANgel
Muy bueno. Gracias
Gracias Ricardo,
Saludos,
Miguel Angel
Lo cual nos refuerza en la necesidad de que adquiramos valores y estemos decididos a aplicarlos sea el que sea el ámbito en que nos desenvolvemos. Incluso que cuando haya incongruencias busquemos resolverlas. Con ayuda de nuestro entorno, algo que el pensamiento prevalente hoy en día quiere acallar. Si algo reforcé en el IESE fue esa necesidad de no quedarnos en la mera aplicación de técnicas, sino en ampliar nuestra comprensión de lo que se necesita de nosotros.
Me alegro Tomás que eso se perciba de nuestras clases en el IESE. Yo intento recalcar en mis clases el valor de la integridad.
Saludos
MIguel Ange