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He leído en las redes sociales la siguiente cita atribuida a Miguel de Unamuno: “Lo sabe todo, absolutamente todo. Figúrense lo tonto que es”. Efectivamente, la persona inteligente sabe que puede estar equivocada y no hace afirmaciones rotundas y con absoluta seguridad. Está abierta al error y esto le posibilita el aprendizaje. El que lo sabe todo no puede aprender ya más. Lo sabe todo. Está cerrado a mejorar.

Una vez participé en una mesa redonda. Éramos siete los que opinábamos. Había uno que arrasaba con una seguridad absoluta, sin importarle contradecir con toda rotundidad lo que otros comentábamos. Conforme avanzaba el debate los demás nos mirábamos con sorpresa por su prepotente actitud y su falta de tacto. Es entonces cuando comprendí que la cantidad de tonterías que uno dice es directamente proporcional a la seguridad con que las dice.

Un colega mío del IESE una vez me dijo, “ya me gustaría estar tan seguro de algo como alguno lo está de todo”. No sé quién también dijo que “el sabio habla porque tiene algo que decir y el tonto porque tiene que decir algo”.

En definitiva, la realidad existe, la verdad es objetiva, pero nuestro conocimiento de la realidad es subjetivo, imperfecto y a veces equivocado. Ser consciente de esto evitará que tomemos posturas maximalistas que pueden ser erróneas y estaremos abiertos a aprender. Feliz navidad a todos los blog-lectores.

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Miguel Angel Ariño es Catedrático de IESE Business School y conferenciante, experto internacional en toma de decisiones, estrategia y liderazgo. Con más de 35 años de experiencia global, ayuda a Consejos de Administración y a la alta dirección a transformar la complejidad en claridad estratégica, impulsando un crecimiento sostenible y ético.

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19 COMENTARIOS

  1. Muy ecuánime D. Miguel. A veces podemos creer que estamos acertados debido a una percepción y no ser así. Aprender todos los días hasta el último

  2. Hola profesor:
    No entiendo esta frase del texto: «Efectivamente, la persona inteligente sabe que puede estar equivocada y hace afirmaciones rotundas y con absoluta seguridad». ¿No falta algo en la segunda frase? Porque lo que se deduce del resto del texto es que una persona inteligente NO hace afirmaciones rotundas y con absoluta seguridad, puesto que sabe que puede estar equivocada. En cualquier caso, aprovecho para agradecerle el contenido del blog, que sigo desde hace años.

  3. Excelente reflexión!
    Esa actitud prudente y sabia la considero fundamental para quienes estamos comprometidos con la docencia, la formación y la investigación.
    El modelo docente transmisivo y enlatado caducó hace tiempo.
    Gracias prof Ariño!

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