Una muestra de salud mental en las personas es saber disfrutar de los éxitos de los demás. Cuando a alguien le sucede algo que es motivo de alegría, alegrarse con él o con ella es multiplicar la alegría. Los bienes materiales si se comparten se pierden. Si yo tengo 100 euros y los comparto con alguien, esa parte que comparto dejo de poseerla yo.
No sucede así con los bienes que no son materiales. Si yo tengo un motivo de alegría y lo comunico a otro, este otro puede alegrarse conmigo y no por eso pierdo yo parte de alegría.
Pues muchas veces no pasa eso. Es la maldita envidia la que nos impide disfrutar que a otro le vayan bien las cosas. Disfrutemos con lo bueno de los demás. Seremos más positivos, más alegres, tendremos más amigos, estaremos contentos. Todo es mejor. La gente confiará más en nosotros, nos hará partícipes de sus cosas. Podremos disfrutar de más cosas. La envidia nos hará cenizos. Decide lo que quieras ser, alegre o cenizo. Hasta el jueves que viene.
Bueno, no muy de acuerdo con lo de que los bienes materiales se pierden si se comparten. No siempre, pues si yo comparto algo con alguien, seguramente este alguien compartirá algo conmigo y con la mitad de inversion podré utilizer dos cosas. Por le menos yo lo veo así. A mi vecino le presto herramientas y el me presta a mi las que yo no tengo.
Eso sí, de acuerdo con alegrarse del éxito de los demás, se vive más feliz !!!
Saludos,
Joan
Muchas gracias Joan, en esencia estoy de acuerdo con lo que dices, pero me parece que de loque tú estás hablando no es de compartir sino de intercambiar,
Si yo tengo una cerveza y te doy a tí la mitad, yo me quedo sin esa mitad que te he dado, independientemente de que tú me des o no algo
Saudos y gracias por tu participación.
Miguel Angel
Desde un punto de vista de Inteligencia Emocional es un gran consejo y de muy buenas consecuencias. Gracias
Muchas gracias Joan Carles
Saludos,
Miguel Angel
Lo que veo en el pensamiento de este país es el “si yo me j***, que se j*** este también”. Envidia como bien dices, cuando lo ideal seria pensar ” por que tengo yo que fastiarme si el vecino no lo hace”.
Por otro lado esta la envidia sana, que a fin de cuentas es lo que dices de alegrarse del exito de los demás, aún queriendo haber tenido ese exito también, pero nunca con maldad.
Gracias Raul, disfrutar de los exitos de los demás es participar uno mismo ese éxito. Fuera la envidia, uno no gana nada con la envidia.
Saludos,
Miguel Angel
Gracias don Miguel Ángel por su enseñanza.
Aporto mi punto de vista sobre este tema tan cercano en nuestros “día a día”.
En algunas ocasiones, (considero). que el no aplaudir el éxito del compañero, viene causado por exceso de embotamiento dentro mi propia tarea.
Me explico. Estamos tan metidos en el querer desarrollar nuestro quehacer diario, porque lo hay que tener para tal hora, para tal fecha, porque tengo que acabar esto, para comenzar lo siguiente, … … que esta “vorágine de día a día” me impide ver lo cercano, lo que existe unos centimetros más alla del borde del monitor.
Es decir, que no soy consciente del éxito de mi compañero, porque no soy consciente de su existencia a mi lado.
Gracias de nuevo,
Efectivamente Dionisio, es el estres que nos impide disfrutar de lo bueno. Vamos siempre deprisa hacia ninguna parte.
Saludos,
Miguel Angel
Mi abuelo decía que el verdadero es el que se alegra y disfruta con tus éxitos.
Más sabe el zorro por viejo que por zorro. hay que aprovechar la sabisuría de los mayores.
Gracias Anónimo,
Miguel Angel
Buenas tardes a todos,
Enfoque muy positivo del post de esta semana que trasciende el mundo del management y puede ser una pieza clave para disfrutar nuestro día a día.
Saludos,
SAR
@salonso
Pues sí, Santiago, vale para más que para el management.
Gracias y saludos,
miguel angel
Muy bueno! para reflexionar y poner en práctica.Gracias y Saludos
Muchas gracias Anónimo.
Saludos,
Miguel Angel
Miguel Ángel. Los bienes materiales si se comparten no se pierden. Al contrario, dan la mayor ganancia, te abren la puerta al mejor negocio que ningún Excel puede analizar , la vida eterna . Nos lo dice Jesucristo reiteradamente. En el Nuevo Testamento. Un fuerte abrazo y gracias por compartir!
Gracias Gustavo por tu comentario.
Saludos,
Miguel Angel