En general las decisiones que toma un jefe están dirigidas a la buena marcha de la organización. A conseguir los objetivos prestando un servicio generando riqueza económica. Pero sucede a veces que el jefe tiene caprichos y se toman decisiones persiguiendo objetivos que no necesariamente van en beneficio de la empresa (empleados, clientes accionistas, etc.) sino que son “caprichos del jefe”. Se hace tal cosa porque el jefe quiere que se haga, que para eso es jefe.
Si esto pasa esporádicamente y en asuntos de poca importancia, entonces no pasa nada, sobre todo cuando el jefe muestra de modo habitual espíritu de servicio. Pero cuando esto lo hace con frecuencia, cada vez que se encariña con un proyecto, y como la empresa gana dinero, no pasa nada, entonces este jefe pierde toda autoridad entre su gente. Considera la empresa como su juguete en la que puede hacer lo que le da la gana. Nefasto. Su gente se frustra pues en vez de hacerse cosas útiles en la empresa se despilfarra caprichosamente.
Un antiguo alumno me comentaba que tenía un jefe así, y cada vez que mandaba estudiar una propuesta lo primero que había que hacer era saber si el jefe quería que saliera adelante o no. Y en función de eso se ajustaban los números y las razones para que el proyecto resultara aceptable o no. Puro hacer el paripé. Hasta el jueves que viene.
Buenos días Miguel,
¿Cómo podemos luchar contra eso? Y peor aún : ¿cómo podemos salir airosos si se plasman sobre papel condiciones de trabajo que la empresa da por buenas y en la práctica desoye sus principios y modifica sus criterios preestablecidos ?
Un saludo
Pues si puedes ayudar al jefe ayudale, y si no no te metas y deja que sehagan las cosas como dice el jefe.
Gracias Alberto,
Saludos,
Miguel Angel
Un jefe tiene que saber motivar racionalmente y los caprichos no tienen nada de racional. Son puro sentimiento (y del malo). Muy buen post. Gracias por tenernos al día MA.
Gracias Javier, totalmente de acuerdo con lo que dices.
Saludos,
Miguel Angel
Hola Miguel Angel ,
Creo que el tema, como siempre, es el del estilo de liderazgo. Alguien que de manera habitual se permite “caprichos” en su gestión ó en la relación con el equipo….NO es un directivo, como mucho es un cabo chusquero.
Quizá tenemos demasiados cabos chusqueros en nuestras empresas y por eso neutralizamos el talento (o se van a otros países) y no llegamos a ser competitivos a pesar de tenerlo todo a nuestro favor
Buen calificativo el de cabo chusquero. Ya no me acordaba de esa expresión. Pero efectivamente es así.Gracias Irene. Hace 10 días me reuní con todos los de tupromoción para celebrar los 25 años de la graduación.
Saludos,
Miguel Angel
También es necesario mencionar que en ocasiones, lo considerado “capricho”, es falta de visión del empleado, que no logra entender alguno de los criterios utilizados por el jefe, ya que, por ejemplo se basan en una experiencia o en mayor conocimiento del contexto para tomar una decisión. En conclusión antes de pensar que es “un capricho del jefe” puede ser mejor intentar aprender de esa decisión.
No puesdo estar más de acuerdo contigo Anónimo. hay cosas que son necesarias hacer y se perciben como capricho cuando no lo son. De todas maneras, en este post me estaba refiriendo a lo que son verdaderamente caprichos.
Por cierto ¿Quien eres?
Saliudos y gracias por participar,
Miguel Angel
[…] Por Miguel A. Ariño8 comentarios […]
lo que no entiendo, y ocurre yo diría casi con frecuencia, es como una persona así llega a ser jefe, a no ser que sea el hijo del verdadero jefe cuyo amor por su hijo no le deja ver el futuro de la empresa.
Fernando, porque nadie es perfecto. Unos tenemos unas carencias y otro tienen otras. Es difícil encontrar una persona que sea completa en muchas dimensiones
Saludos,
Miguel Angel