Leía la semana pasada en un diario declaraciones de un empresario de éxito. Entre otras afirmaba “Hay que equivocarse mucho para aprender”. Estoy totalmente de acuerdo con que de los errores se puede y se debe aprender. Pero de allí a afirmar que para aprender hay que equivocarse mucho, con esto ya no estoy de acuerdo. Hay otras maneras de aprender aparte de reflexionar sobre los errores cometidos.
Las personas tenemos una propiedad que nos distingue de los demás seres que pululan a nuestro alrededor. Podemos pensar. Podemos razonar. Y razonando se pueden aprender muchas cosas.
Las estrategias empresariales no siempre es necesario poner en práctica para saber si van a funcionar. Esto sería muy costoso y conduciría a numerosos fracasos. Primero hay que razonar para calibrar sus posibilidades de éxito. Una vez pensamos que es bueno llevarlas a cabo las ponemos en práctica, y comprobamos si efectivamente está funcionando o hay alguna variable a la que no habíamos prestado atención y la está haciendo fracasar.
Y en cualquiera de los dos casos, esté teniendo éxito nuestra estrategia o esté fracasando, aprendemos. Del fracaso aprendemos viendo porqué ha ido mal y de los éxitos debemos aprender si las cosas han ido bien por las razones que pensábamos, o por otras razones. Puede ser que haya habido suerte. Puede ser que la estrategia haya funcionado pero por razones distintas a las que inicialmente pensábamos que iban a funcionar. De todo debemos aprender.
Un buen amigo mío me decía que nunca hay fracasos. Que o bien hay éxitos, o bien hay aprendizaje. O sea que resumiendo, primero razonar. Luego experimentar para a continuación aprender. Y nunca cometer la insensatez de achacar a una buena visión estratégica lo que simplemente ha sido cuestión de suerte. La suerte no la podemos controlar. Si la pudiésemos controlar ya no sería suerte. Sería bien hacer.
Como siempre totalmente de acuerdo, el razonamiento es fundamental en el ser humano. El gran problema es que esto pasa cada vez más desapercibido y yo que tengo hijos en edades escolares, observo que cada vez razonan menos y piensan poco o nada. Hay que enseñar a pensar y razonar desde edades tempranas.
Gracias Anónimo por tu comentario. Preocúpate mucho de la educación de tus hijos. No la dejes solo en manos de la escuela.
Saludos, pero ¿Quien eres?
Miguel Angel
Pues si Miguel, en empresa totalmente de acuerdo, mejor planificar primero o toca pagar. A nivel personal parece que solo aprendemos de los errores! ( o aprender “a tortas”..)
Pues Ana, hay que intentar aprender con menos tortazos. Analicemos nuestras opciones, ¡Pensemos!. Gracias por participar,
Miguel Angel
La empresa que ha debido aprender muchísimo es SACYR en las obras de ampliación del Canal de Panama, prácticamente el doble del presupuestado.
Gracias Josep, no sé yo lo que ha pasado en ese proyecto, aunque sé que ha sido problemático.
Saludos,
Miguel Angel
Lo más terrible es entrar en procesos de aprendizaje negativo. ocurre que cuándo más necesitas algo, más lo rechazas. Un ejemplo es el de Hitler persiguiendo a los judíos y el único que podía hacerlo ganar era (y fue, aunque no estoy de acuerdo con la bomba y Einstein tampoco) justamente un judío. Increíble no?
Gracias Javier por tu participación.
Saludos,
Miguel Angel